El casco antiguo de Oviedo es un entorno urbano protegido desde mediados del siglo pasado que actualmente tiene la consideración de Bien de Interés Cultural. UPyD denuncia la degradación progresiva que viene sufriendo en los últimos veinte años fruto en gran medida de la gestión municipal, que ha logrado destruir el comercio tradicional, vaciar muchos edificios de vecinos y degradar el entorno urbano de forma inaudita y sin precedentes.
Asimismo, considera que compatibilizar los distintos usos del entorno: hostelería, comercio y uso residencial llevaría a un casco histórico vivo y habitable, del que podrían disfrutar vecinos y visitantes, a la par que lo consolidaría como un motor económico generador de empleo y desarrollo social, constituyendo un atractivo turístico de primer orden.
A este respecto el coordinador de UPyD-Oviedo, Alberto Paúl Cuesta, ha manifestado que «convivir en armonía en un entorno urbano de las características del Oviedo Antiguo sería posible si el respeto a la normativa se combinara con la visión de futuro y la búsqueda del interés general por parte de nuestro Ayuntamiento».
Como ejemplos de esta dejadez y negligencia de la actitud municipal apunta en el pasado a la señalización clavada en la pared de la Iglesia de San Isidoro, aunque sigue manifestándose en la actualidad con el «parcheo» del pavimento que luce la plaza de la Catedral, realizado en hormigón que ni tan siquiera se han molestado en teñir. El equipo municipal no parece comprender que los vecinos de Oviedo quieren conservar su patrimonio, disfrutar de él y darle uso.
Esta desidia se extiende también al Camino de Santiago, donde seguimos contando con un albergue insuficiente, falta de señalización adecuada… mientras esperamos el próximo 2021, Año Jacobeo, por lo que tampoco estaría de más explotar el inicio del camino primitivo en la ciudad con un plan de actuación y promoción específico