El presidente del Principado, Javier Fernández, ha manifestado este viernes que «claro que está a favor de un pacto del agua en Asturias pero respeta la autonomía y competencia de los ayuntamientos, instituciones mayores de edad con su autonomía y sus competencias».
Fernández ha respondido así a una pregunta del grupo parlamentario de Podemos sobre las medidas a adoptar por el Ejecutivo ante las informaciones judiciales vertidas en torno a la ‘trama del agua’ o los balances técnicos sobre los efectos de la privación de la gestión del agua.
El presidente asturiano ha lamentado que todo el discurso de Podemos se base en «buscar dañar al adversario» y ha añadido que la primera medida a adoptar es «un deber y una obligación que es estar a completa disposición de la justicia».
«No caben dudas de algunos procesos de privatización han conllevado casos de corrupción pero eso no me lleva a considerar que los municipios sean menores de edad, ni a encender el ventilador, ni a sospechar de todos los ayuntamientos», ha dicho Fernández que ha insistido en que está «claramente a favor del agua, en contra de la corrupción y respeta a los ayuntamientos en sus competencias municipales».
Por contra a su juicio el diputado de Podemos, Emilio León, convierte sus dudas en sospechas y las sospechas en sentencias, por lo que le ha pedido respeto a los procesos judiciales. Ha advertido además que revertir estas privatizaciones tiene muchas dificultades entre ellas las presupuestarias.
Por su parte el diputado de Podemos, Emilio León ha indicado que las privatizaciones de los servicios básicos han sido los verdaderos coladeros de corrupción y ha reivindicado el papel que ha jugado su organización en su llegada a los ayuntamientos para lograr que mucha documentación vea la luz.
«La gestión del agua en su 50% está bajo monopolio de dos multinacionales. El PSOE y el PP no son lo mismo pero privatizan con la misma alegría. Si queremos que la justicia haga su labor tendremos que ponerle facilidades» ha dicho León, que ha propuesto al presidente que se aprueben unos presupuestos no sujetos a presiones electoralistas.