Gernika (España), 28 nov (dpa) – El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, reconoció hoy la culpa alemana en la destrucción de la ciudad de Gernika, en el País Vasco.

«Alemania es consciente de su responsabilidad histórica. La reconocemos. Y sentimos la obligación de defender hoy la paz, la democracia y luchar contra la violencia», afirmó durante una visita a la ciudad.
«El bombardeo de Gernika por los aviones de combate de la Legión Cóndor en 1937 fue un crimen brutal», agregó Steinmeier, quien se convirtió en el primer jefe de Estado alemán en visitar Gernika.
Los bombarderos alemanes destruyeron gran parte de la ciudad durante la Guerra Civil Española, causando la muerte de cientos de civiles.
El presidente germano, acompañado por el rey Felipe VI, depositó una corona de flores en memoria de las víctimas, mientras una campana de una iglesia que también fue bombardeada en aquella época tocaba seis veces.
«Me inclino ante las víctimas y expresamos nuestro pésame a los supervivientes, a sus familias y a todos aquellos cuyas heridas de aquella época siguen abiertas y sin cicatrizar», declaró.
Ambos jefes de Estado mantuvieron una larga conversación con Crucita Etxabe y María Carmen Aguirre, que entonces tenían seis años y sobrevivieron al ataque aéreo.
Bombardeo alemán sobre una población civil indefensa
Aviones de la «Legión Cóndor» alemana atacaron el 26 de abril de 1937 esta pequeña ciudad, sin importancia militar alguna, y la destruyeron en tres cuartas partes. Las estimaciones sobre el número de víctimas mortales oscilan entre 300 y 1.500. Fue el primer bombardeo masivo de la historia europea contra la población civil indefensa de toda una ciudad.
Durante la Guerra Civil Española, la Alemania nazi y la Italia fascista apoyaron a los golpistas del general Francisco Franco.
Apenas quedan huellas del ataque aéreo en la ciudad
En la Gernika actual apenas se ven huellas del horror. Solo en el museo de la paz local se revive la fuerza del bombardeo en fotografías y películas en blanco y negro. Cuando Steinmeier y Felipe llegaron al museo, los esperaba un ruidoso grupo de manifestantes.
El presidente Roman Herzog reconoció en 1997 la culpa alemana
En 1997, Alemania reconoció oficialmente su culpa en la destrucción de la pequeña ciudad vasca. El entonces presidente federal Roman Herzog pidió perdón a los supervivientes. «Quiero afrontar el pasado y reconocer expresamente la culpabilidad de los aviadores alemanes», declaró en un discurso conmemorativo con motivo del 60.º aniversario del bombardeo.
Un año más tarde, el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) alemán también pidió perdón a la población de Gernika en una resolución.
Un gesto de reconciliación
El rey Felipe VI de España ya había agradecido a Steinmeier el viaje a Gernika en su discurso durante la cena de gala celebrada la primera noche de la visita. Habló de un «gesto de gran trascendencia simbólica y de reconciliación».
