El Gobierno de Asturias comienza la campaña anual de vacunación contra la gripe, con el objetivo de proteger a la población y reducir el impacto de esta enfermedad y sus posibles complicaciones.

El Principado anima a vacunarse a todas las personas mayores de 60 años, a quienes padezcan enfermedades crónicas y al personal de servicios públicos esenciales. La campaña también se dirige a los bebés de entre 6 y 59 meses.
El programa, que se desarrolla desde 1987, se llevará a cabo de forma gratuita en los centros de salud y consultorios del Servicio de Salud del Principado (Sespa) hasta el final de la temporada estacional. Las personas interesadas podrán solicitar cita en sus respectivos centros, mientras que el personal sanitario y sociosanitario recibirá la vacuna en sus lugares de trabajo.
La Consejería de Salud dispone de 386.400 dosis tetravalentes, que suponen una inversión de 4,7 millones de euros, y que protegen frente a cuatro cepas del virus, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para la campaña 2025/2026.
La vacunación está indicada principalmente para los siguientes grupos:
- Personas de 60 años o más.
- Residentes en centros de mayores o discapacidad.
- Menores de 60 años con patologías crónicas como diabetes, obesidad mórbida, cáncer o enfermedades respiratorias, cardiovasculares, neurológicas o inmunosupresoras.
- Embarazadas, cuidadores y convivientes de personas de riesgo.
También se recomienda la inmunización al personal de servicios esenciales —sanitarios, sociosanitarios, fuerzas de seguridad, bomberos y protección civil—, así como a la población infantil de 6 a 59 meses, estudiantes en prácticas, personal educativo de infantil y trabajadores con exposición laboral a animales.
Vacunación frente a la covid
Paralelamente, el Principado iniciará la campaña de vacunación frente a la covid-19, dirigida a mayores de 70 años, personas inmunodeprimidas, embarazadas y colectivos con patologías de riesgo.
Con ambas campañas, el objetivo del Gobierno de Asturias es proteger a la población más vulnerable, mantener la capacidad asistencial del sistema sanitario y reducir la circulación de los virus respiratorios durante los meses de invierno.