La Asociación Bokatas ha contabilizado a, al menos, 24 personas sin hogar que duermen en las inmediaciones del Aeropuerto Aldolfo Suárez-Madrid-Barajas, de donde podrían ser desalojados en «días». Forman parte del grupo de 421 personas que la Mesa de la Hospitalidad del Arzobispado de Madrid contabilizó la pasada primavera y que dormían anteriormente en el interior de las instalaciones.

Así lo indicó a Servimedia Gaspar García, coordinador del proyecto ‘Despega’ de Bokatas, una asociación sin ánimo de lucro, que trabaja con las personas sin hogar en varias ciudades españolas desde 1991. Gaspar, que continúa yendo a Barajas todos los martes, confirmó que «el aeropuerto ha echado a todos a la calle» y que en breve Aena le ha comunicado que también se desalojará a la las diez personas que aún pernoctan en «un parque con bancos» cercano a la T1 y a otras 14 que estarían por las noches «en los pasillos de acceso al parking de la T4».
El resto de las más de 400 personas se habría disipado por distintos destinos, la mayoría en un centro de la campaña de frío del Ayuntamiento de Madrid que el Consistorio habilitó para esta crisis, que desde Cibeles se trata, según Gaspar, como «una emergencia social, como si te echan de casa».
Precisamente, el Ayuntamiento, explicó, ayuda a las personas empadronadas «o con vinculación con la ciudad», a través de «un equipo de calle» que localiza a estas personas y las ofrece el citado techo, donde pueden cenar, desayunar, asearse y dormir.
A las personas no empadronadas, continuó, los atiende el Samur Social, mientras que Bokatas continúa con su labor tratando de localizar personas sin hogar para informarles de todas esas opciones, «si la persona lo permite», ya que hay «mucha gente reacia a entrar en estos centros», aunque la mayoría de los que lo prueban «están contentos y a gusto».
Sin embargo, la polémica mediática y política de la pasada primavera, continuó el activista, ha provocado que un buen puñado de personas en situación de sinhogarismo que dormía en el aeropuerto se haya «buscado la vida» por su cuenta. «Otros muchos se han ido del aeropuerto y no han esperado a la ayuda de los Servicios Sociales y seguramente estén durmiendo en un parque en Madrid», aventuró.
OLA DE CALOR
A ello hay que añadir las temperaturas estivales, extremadamente altas estos días, que llevan a quienes forman parte de este colectivo vulnerable a acudir a «estaciones de tren y autobuses hospitales o lugares públicos» a refugiarse del calor para poder estar en sitios con aire acondicionado.
La solución del centro del Ayuntamiento, sin embargo, es para la asociación Bokatas algo provisional, pues si se cierra por falta de recursos, quienes se alojan en él tendrán que buscar otra opción. Además, esta alternativa, explicó a Servimedia Gaspar García, es «temporal», tiene unas normas o duración de estancia y el objetivo es que sus usuarios «busquen un trabajo o una salida».