Budapest, 1 ago (dpa) – Muy molesto por la nueva mala racha de su equipo Mercedes, Toto Wolff convocó una reunión de crisis. Antes de que la Fórmula 1 se despida el domingo con la carrera en Hungría por las breves vacaciones del verano boreal, el jefe del equipo exigió explicaciones por el reciente bajón del que fuera campeón del mundo.

«Nuestro rendimiento en las últimas carreras no estuvo a la altura de nuestros estándares», afirmó Wolff.
El austriaco, de 53 años, convocó a los ingenieros y también a los dos pilotos, George Russell y Kimi Antonelli, para que le reporten la situación.
Desde que Russell triunfó en Canadá a mediados de junio y su compañero de equipo italiano quedó tercero, las cosas no han ido muy bien para el equipo del fabricante alemán. En la clasificación de constructores, McLaren, equipado con motores Mercedes, lleva una ventaja de 296 puntos tras 13 carreras del campeonato mundial.
Russell, el piloto principal de Mercedes, está en el cuarto puesto en el campeonato mundial y perdió de vista al líder general Oscar Piastri, mientras que el novato Antonelli, tras un debut alentador, no aportó puntos en las últimas tres carreras.
El joven, de 18 años, rompió a llorar la semana pasada tras su temprana eliminación en la clasificación para la carrera de Bélgica.
La superestrella de Ferrari, Lewis Hamilton, cuyo asiento en Mercedes había heredado Antonelli antes de esta temporada, consoló al joven piloto durante una breve visita a su motorhome.
«Estaba frustrado por mi rendimiento, lo demostré. Ahora me siento mejor», explicó Antonelli en Budapest.
Cuando él y Russell hablan en el autódromo Hungaroring sobre los últimos meses, hacen mucha referencia a la confianza. Poco a poco fueron perdiendo la fe en sus Flechas de Plata.
«A principios de año tenía más confianza, las vueltas eran muy fáciles. Ahora es un reto mucho mayor», expresó Russell. Por eso, en Hungría se volverá a utilizar el antiguo eje trasero y se pondrá fin definitivamente al experimento con una nueva suspensión.
Sin embargo, la dirección del equipo también perdió parte de la confianza en los pilotos.
Durante meses se especuló con el fichaje del campeón del mundo Max Verstappen, y el jefe de la escudería Mercedes no ocultó su interés por la estrella de Red Bull.
Russell y Antonelli, cuyos contratos expiran al final de la temporada, sintieron la presión. «Para Kimi y para mí, los últimos meses no han sido los más tranquilizadores en cuanto a nuestro futuro, fue algo contradictorio», dijo Russell.
Dado que ninguno de los dos pilotos tiene su propio representante, sino que son representados por Mercedes, el dúo se sintió algo impotente en el gran juego de las negociaciones por los asientos para 2026.
«Estos últimos seis meses fueron una situación muy singular, en la que no pude ejercer mucha influencia debido a nuestro acuerdo y en la que quizá los intereses no han coincidido durante un tiempo», explicó Russell.
Pero Verstappen disipó las últimas dudas sobre su permanencia en Red Bull poco después de su llegada a Budapest, por lo que es probable que el dúo de Mercedes firme pronto nuevos contratos. La pregunta es, sin embargo, por cuánto tiempo.
«Tengo que pensar en lo que es mejor para ambas partes», dijo Russell.
Un contrato a largo plazo le interesa sobre todo si Mercedes vuelve a luchar por el título a partir del año que viene, tras el gran cambio de normativa. Pero entonces podría reavivarse el coqueteo con Verstappen.
Red Bull se enfrenta a un futuro incierto tras la marcha de su socio Honda y las recientes disputas por la destitución del jefe del equipo Christian Horner. Si en 2026 tampoco funciona, Verstappen podría tomar otra decisión.
En este escenario, Mercedes seguramente estaría encantado de ofrecerle un asiento para 2027 al piloto neerlandés. Así, Verstappen continúa sobrevolando sobre las negociaciones entre Toto Wolff y sus pilotos.
Por Christian Hollmann (dpa)