Berlín/Varsovia, 1 jul (dpa) – El canciller alemán, Friedrich Merz, defendió hoy los controles fronterizos para combatir la inmigración irregular frente a las crecientes críticas de los países vecinos, entre ellos Polonia, que anunció una respuesta a partir del lunes.

«Tenemos que llevar a cabo actualmente controles fronterizos porque la protección de las fronteras exteriores de Europa no está suficientemente garantizada», dijo el líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) tras reunirse en Berlín con el primer ministro luxemburgués, Luc Frieden.
Merz aseguró que se trata de una medida temporal y que las restricciones para los viajeros al trabajo, por ejemplo, se mantendrían «lo más reducidas posible». «No queremos poner trabas a quienes se desplazan a diario en su trabajo», dijo.
El primer ministro, Donald Tusk, anunció hoy en una reunión del gabinete en Varsovia que Polonia introducirá controles temporales en la frontera con Alemania a partir del próximo lunes.
En el futuro, también se efectuarán controles en la frontera con la vecina Lituania, al este, indicó Tusk, que añadió: «Ya advertí a la parte alemana en marzo y hablé varias veces de ello con el nuevo canciller».
El primer ministro aseguró que la anterior «actitud paciente» de su país ante los controles unilaterales ya no puede mantenerse debido al cambio de práctica, que ahora también implica devolver a las personas a Polonia.
Polémica con los países vecinos
Alemania lleva a cabo controles aleatorios en la frontera con Polonia desde octubre de 2023 para frenar la inmigración irregular. El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, ordenó sin embargo controles fronterizos más intensivos poco después de que el nuevo gobierno federal tomara posesión en mayo. Al mismo tiempo, dispuso que los solicitantes de asilo también puedan ser devueltos en la frontera.
El Gobierno alemán mantiene esta práctica incluso después de una decisión urgente del Tribunal Administrativo de Berlín, que dictaminó que el rechazo de tres somalíes durante un control fronterizo en la estación de Fráncfort (Oder) el 9 de mayo había sido ilegal.
A falta de una aclaración sobre qué Estado de la UE era responsable de la solicitud de asilo de los afectados, estos no deberían haber sido expulsados a Polonia, indicó el fallo. Sin embargo, el Ministerio del Interior alemán considera que se trató de una decisión individual y no generalizable.
En algunos países vecinos, el rechazo por los controles fronterizos es claro. El primer ministro luxemburgués, Frieden, se pronunció a favor de una mayor cooperación policial para reducir o incluso suprimir los controles.
«Mantenemos el principio de que la inmigración ilegal es intolerable», dijo. Sin embargo, no debe interrumpirse la cooperación económica en las fronteras interiores de la Unión Europea (UE), añadió.
Merz desmiente repatriaciones de refugiados aceptados
En Polonia, el Gobierno de centro-izquierda de Tusk está sometido además la presión del partido conservador de derechas Ley y Justicia (PiS), actualmente en la oposición.
«Alemania empuja regularmente a los inmigrantes ilegales hacia nuestro lado. El Estado ha abdicado, y el caos y la impunidad aumentan día a día», escribió el lunes en X el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski.
Mientras tanto, grupos ultraderechistas del «Movimiento para la Defensa de las Fronteras» organizan patrullas ciudadanas en los pasos fronterizos con Alemania y se jactan en las redes sociales de que detienen a personas sospechosas y les exigen la documentación. Tusk criticó esta actitud y la calificó de vergonzosa.
Merz dijo que había hablado del tema con Tusk en varias ocasiones y que quieren trabajar juntos para minimizar la carga en la medida de lo posible.
«Tenemos un problema común que queremos resolver juntos», declaró Merz, quien rechazó firmemente las informaciones de medios de comunicación polacos que afirman que se está devolviendo a Polonia a solicitantes de asilo que ya han sido aceptados en Alemania.
«Hay gente aquí que afirma que hay una especie de turismo de repatriación de Alemania a Pol