El FMI ha dicho que “debe reevaluarse el control de precios del alquiler” e incluso “abandonarse” si se constata que esta medida “reduce la cantidad o la calidad de la oferta regular de alquileres” o si dificulta el acceso a la vivienda para los hogares de más bajos ingresos.

El FMI también comentó que el rápido aumento de los precios de la vivienda en España no plantea todavía riesgos para la estabilidad financiera, pero instó a las autoridades a monitorear su evolución.
“Merece ser vigilado con atención y ha de abordarse, sobre todo, con medidas de política para estimular la oferta de vivienda”, advirtió el organismo en las conclusiones de la misión oficial en España, que se lleva a cabo en la mayoría de los países miembros, en el marco del Artículo IV del convenio consultivo del FMI.
Por el momento, el FMI observa que los precios de la vivienda se mantienen significativamente por debajo de los niveles de 200, el apalancamiento de los hogares es bajo y tampoco hay señales de una relajación sustancial de los criterios de concesión de préstamos.
En el caso de que eso cambiara, deberían “considerarse herramientas macroprudenciales preventivas orientadas a los prestatarios”.
Sin embargo, el organismo con sede en Washington reconoció que los aumentos de los precios y de los alquileres, así como los elevados costes de endeudamiento, “han erosionado la asequibilidad de la vivienda”.
El paquete de medidas presentado en enero por el Gobierno recibió una valoración general buena por parte del FMI, pero recomendó seguir ampliando la oferta.
Para ello, propuso aprobar las modificaciones a la Ley del Suelo, la agilización de los trámites burocráticos para la obtención de licencias, así como la expansión del parque de vivienda social.
En aquellas zonas donde la escasez de suelo no es tan grave, el FMI recomendó mejorar el acceso a la propiedad de vivienda mediante “medidas de demanda estrechamente focalizadas”, como los programas de avales públicos para la compra de primera vivienda dirigido a los jóvenes.