El Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas y la Academia Española de Nutrición y Dietética denunciaron este martes que 6,7 millones de personas en España, el 13,3% de la población, no tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias para una vida activa y saludable.
Así lo advirtieron en su Manifiesto por la Visibilidad de la Inseguridad Alimentaria en España, presentado en el IV Foro de Alimentación Responsable con la colaboración de Acción contra el Hambre y del instituto de investigación Global Research on Wellbeing (GroW) de la Universidad Ramón Llull y según el cual los “más afectados” son los hogares monoparentales, familias numerosas y las personas mayores.
“Preocupa especialmente la infancia, donde las situaciones de malnutrición en las familias con menos recursos duplica a la de los hogares de mayores rentas”, abundaron.
En este contexto, el presidente del Consejo General, Manuel Moñino, afirmó que el derecho a la alimentación “es básico y fundamental” y la sociedad “no puede permitirse que existan familias sin acceso económico a una Cesta Básica de Alimentos saludable y sostenible”.
“La pobreza alimentaria aumenta el riesgo de enfermedades crónicas a nivel físico y psíquico, lo que supone un elevadísimo coste económico y, sobre todo, una pérdida irreparable en el bienestar y calidad de vida de la ciudadanía”, añadió.
CAUSAS DE LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA
A este respecto, el responsable del departamento de Salud y Nutrición en Acción contra el Hambre, Antonio Vargas, indicó que las principales causas del aumento de la inseguridad alimentaria radican en “la precariedad laboral y la pobreza”. “En el caso de España, mejoran las cifras de empleo pero empeoran las de pobreza, lo que indica que tener trabajo no es garantía de seguridad alimentaria”, denunció.
En la misma línea, agregó que la inseguridad alimentaria “genera mecanismos de adaptación”, incluyendo bajo consumo de alimentos frescos, menor cantidad ingerida, menos número de platos y comidas al día y, por contra, más alimentos procesados y refinados, de calorías con bajo valor nutricional y mayor sedentarismo.
En el transcurso del foro también se hicieron públicos los resultados de la encuesta sobre ‘Conocimientos y competencias del dietista-nutricionista en Inseguridad Alimentaria’, promovida por el Consejo General de Dietistas-Nutricionistas y el Grupo de Investigación Global Research on Wellbeing (GRoW) de la Universidad Ramón Llull.
En este punto, la directora del Instituto GRoW, Elena Carrillo, aseveró que las situaciones de inseguridad alimentaria son “graves y frecuentes”. “Graves, porque generan deficiencias nutricionales, enfermedades físicas, psíquicas, emociones negativas, vergüenza y hábitos tóxicos y frecuentes, porque afectan a un 13,3% de los españoles, a un 9,5% de europeos y a un tercio de la humanidad”, apostilló.
PAPEL FUNDAMENTAL DE LA ALIMENTACIÓN
Por su parte, el presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, Giuseppe Russolillo, recalcó el “papel fundamental” de una alimentación adecuada para la salud y el bienestar de toda la población, así como “el derecho de todos a acceder a los alimentos necesarios para conseguirla”.
Ante esta situación, el Consejo General y la Academia hicieron un llamamiento a la “concienciación” y la “acción” por parte de todos los agentes implicados para mejorar la “detección y monitorización” de la inseguridad alimentaria y la malnutrición en los hogares españoles, así como para “garantizar medidas de protección social que garanticen la seguridad alimentaria de las personas en situación de riesgo”.
Las entidades promotoras y colaboradoras de este manifiesto invitaron a instituciones, entidades y organizaciones públicas y privadas a sumarse al mismo para “comprometerse con la promoción de la visibilidad de la pobreza alimentaria en España”.
El objetivo es lograr el mayor número de adhesiones para “concienciar, sensibilizar y capacitar” en la identificación de la población en situación de riesgo con el fin de garantizar la seguridad alimentaria de todos, facilitando el acceso a una Cesta Básica de Alimentos “saludable, sostenible y asequible”.