Un estudio publicado recientemente afirma que una de cuatro meriendas escolares son poco saludables, con abundancia de azúcares y productos ultraprocesados.
Una investigación concluye que los escolares en Cataluña toman meriendas poco saludables, con abundancia de azúcares y productos ultraprocesados. Los resultados están en consonancia con los registrados por otros estudios en el resto de España y en otros países desarrollados, ya que sólo el 22% de las meriendas se considera saludable y acorde a las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Así lo recoge un estudio liderado desde el grupo de investigación FoodLab de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en colaboración con la Agencia de Salud Pública de Cataluña, de la Generalitat de Catalunya, y publicado en abierto en la revista ‘Nutrients’ sobre las meriendas de los niños en edad escolar en Cataluña.
Tras analizar 2.163 meriendas de 734 familias catalanas con niños y niñas de 3 a 12 años, el estudio concluyó que el 42% consistía en bocadillos, seguidos de bollería (24%), fruta (14%) y una combinación de fruta y bollería (6%). De las meriendas registradas, solo el 22% podía considerarse saludable y cumplía las recomendaciones de las autoridades sanitarias y los expertos en nutrición infantil. Además, a medida que aumenta la edad de los escolares, la calidad nutricional de las meriendas baja.
«Aunque en esta investigación no hemos estudiado los efectos de estas dietas, la evidencia científica nos informa que un desequilibrio nutricional recurrente en el tiempo puede tener consecuencias para la salud a corto y largo plazo, así como afectar el crecimiento y el desarrollo», explicó Nadia San Onofre, investigadora de FoodLab y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC. «Es esencial desarrollar programas de educación alimentaria para mejorar la calidad de la merienda desde la primera infancia y considerarla una oportunidad para ajustar las necesidades dietéticas diarias de los niños y niñas de España», añadió.
Según los investigadores de la UOC, en el ámbito internacional, estudios similares señalan las mismas tendencias. Por ejemplo, una investigación publicada en 2018 sobre las meriendas de estudiantes de entre 4 y 13 años en Australia, China, México y Estados Unidos encontró diferencias en la frecuencia de consumo, así como en el aporte energético y nutricional de las ingestas, aunque en general detectó una presencia elevada de azúcares añadidos y grasas saturadas en las meriendas de los menores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años dando la voz de alarma ante el aumento sostenido del sobrepeso y la obesidad infantil en todo el mundo. En 2022, más de 390 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años y 37 millones de menores de 5 años tenían sobrepeso. Según la OMS, el sobrepeso en la infancia y la adolescencia se asocia a un mayor riesgo de contraer, de manera precoz, enfermedades como la diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Además, tiene consecuencias psicosociales adversas y afecta al rendimiento escolar y a la calidad de vida.