Braunschweig (Alemania), 3 sep (dpa) – El exdirector general de Volkswagen Martin Winterkorn negó hoy cualquier responsabilidad en el escándalo por la manipulación de motores diésel conocido como «Dieselgate», poco antes de la reapertura del juicio en su contra.
«Nuestro cliente rechaza firmemente las acusaciones formuladas contra él», dijo su abogado defensor, Felix Dörr, al comienzo del juicio en el Tribunal Regional de Braunschweig, en el norte del país.
Winterkorn, añadió el abogado, no es ni el «principal acusado» ni el «principal responsable» del escándalo en torno a la manipulación de las emisiones en los vehículos con motores diésel de la marca, descubierto hace nueve años.
«Confiamos en lograr un buen resultado para nuestro cliente», dijo Dörr, quien argumentó que el papel de CEO que ejercía Winterkorn en aquel momento no justifica por sí solo que se le responsabilice del fraude.
En la reapertura del juicio, el antiguo directivo está acusado de fraude comercial, manipulación del mercado y falso testimonio.
Junto con otros cuatro exdirectivos e ingenieros de Volkswagen, Winterkorn iba a comparecer ante un tribunal de Braunschweig en septiembre de 2021. Sin embargo, poco antes de que comenzara el juicio, un peritaje certificó que Winterkorn no estaba en condiciones de ser juzgado tras varias operaciones de cadera.
Para avanzar en la investigación del escándalo, el juez separó el caso Winterkorn de ese procedimiento.
Winterkorn se sometió a una nueva operación de rodilla en julio de este año a raíz de una urgencia médica. La operación fue bien, pero necesitó una estancia en una clínica de rehabilitación.
El tribunal resumió recientemente el conjunto de acusaciones en un avance de seis páginas. Se acusa a Winterkorn de haber engañado a los compradores de vehículos Volkswagen y, en los días de septiembre de 2015, de no haber informado deliberadamente y a tiempo al mercado de capitales sobre los riesgos de las multas.
A continuación, en 2017, presuntamente prestó falso testimonio ante la comisión de investigación del Bundestag.
El conocido como «Dieselgate» se destapó en septiembre de 2015 gracias a las investigaciones de autoridades medioambientales y científicos estadounidenses, quienes descubrieron que el fabricante de automóviles había manipulado los niveles de emisiones con un software especial.
Estos llamados «dispositivos de desactivación» hacían que los coches cumplieran los límites de óxido de nitrógeno en condiciones de prueba, pero no en carretera.
Según el tribunal, se vieron afectados unos nueve millones de vehículos en Europa y Estados Unidos, y los compradores sufrieron supuestas pérdidas económicas de varios cientos de millones de euros. El asunto sumió a la marca en la peor crisis de su historia.