Gelsenkirchen (Alemania), 14 jun (dpa) – La Eurocopa 2024 vivirá este domingo en Alemania su primer partido de alto riesgo, con el choque entre Serbia e Inglaterra por el Grupo C y la posibilidad de disturbios entre los aficionados más violentos.
«La Eurocopa supondrá un enorme esfuerzo para las fuerzas policiales federales y de los estados federados», declaró la ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, la víspera del inicio del torneo de naciones de fútbol esta noche.
«La policía federal se enfrenta al mayor despliegue de su historia», afirmó.
En el primer fin de semana de la Eurocopa, las fuerzas de seguridad se enfrentarán a un problema que, a diferencia de las consecuencias de la guerra en Ucrania o los posibles ciberataques, no es una amenaza nueva en un gran torneo de fútbol: el miedo a los disturbios entre hinchas violentos.
Para este domingo se espera en la ciudad de Gelsenkirchen la presencia de unos 40.000 aficionados ingleses y unos 8.000 serbios, entre los que se encuentran 500 fanáticos serbios conocidos por la policía por estar dispuestos a emplear la violencia.
No solo se reforzará el operativo policial por cuestiones de seguridad, sino que también se autorizó a vender únicamente un tipo de cerveza light, con 2,5 en vez de 4,8 por ciento de graduación alcohólica, para reducir al máximo posible el riesgo de una escalada.
Sin embargo, esta noticia que recorrió los medios europeos pasa por alto, según los expertos, el núcleo del problema de los hinchas violentos.
Los aficionados violentos que van al estadio, se emborrachan y luego se pelean indiscriminadamente ya no representan más que un cliché, en especial entre los aficionados violentos de Europa del Este y los Balcanes.
«La escena hooligan y su violencia se han profesionalizado mucho en los últimos años», declaró a la revista «Focus» Robert Claus, investigador del tema de los aficionados y los llamados hooligans.
El experto observa en países como Serbia, Croacia, Hungría o Polonia dos tendencias en particular: un solapamiento entre los grupos de hinchas violentos y las estructuras de extrema derecha, como también una férrea organización.
«Hoy apenas existen hooligans que no practiquen artes marciales», afirma Claus. «Han surgido gimnasios privados, eventos de artes marciales y empresas de equipamiento, y con ellos puestos de trabajo», señala.
Los hooligans están estrechamente conectados, tanto dentro de sus fronteras nacionales como internacionalmente.
En los multitudinarios disturbios que rodearon el último fin de semana de mayo la final de la Euroliga de baloncesto en Berlín, los seguidores del Estrella Roja de Belgrado y del Olympiakos del Pireo atacaron conjuntamente a los del Panathinaikos de Atenas.
Los serbios no jugaban en el torneo. Pero los grupos de hinchas del Estrella Roja mantienen sus conexiones, incluso con la extrema derecha, el crimen organizado y, sobre todo, los grupos prorrusos.
Esto cierra el círculo con los graves disturbios de la Eurocopa de Francia 2016, el último torneo europeo antes de la pandemia de coronavirus. En aquella oportunidad, casi 200 hinchas violentos rusos fuertemente organizados atacaron a varios miles de aficionados ingleses en Marsella.
Las fuerzas de seguridad germanas también colaboran estrechamente con policías extranjeros para evitar escenas de este tipo en las ciudades alemanas que albergarán partidos de la Eurocopa.
Unos 580 de ellos, procedentes de todos los países participantes, estarán de servicio en territorio alemán durante el torneo. El cálculo es que policías serbios o polacos reconozcan a los hooligans de sus respectivos países.
«Las fuerzas policiales internacionales son un nexo de unión entre nuestra policía y los aficionados e invitados de los países participantes», declaró la ministra Faeser este jueves al darles la bienvenida en la ciudad de Bamberg.
«La sola presencia de policías uniformados de su país de origen puede actuar como elemento disuasorio contra posibles autores de actos violentos. De este modo, podemos actuar juntos de forma selectiva y prevenir la violencia», destacó.
Varios estados federados alemanes reforzarán los controles migratorios en las fronteras para evitar el ingreso de aficionados violentos.
En Mecklemburgo-Pomerania Occidental, por ejemplo, la policía federal vigilará más de cerca los pasos fronterizos con Polonia y los puertos de transbordadores con Dinamarca y Suecia, también en estrecha colaboración con sus colegas polacos.
«Contamos con un intercambio de datos internacionales sobre hinchas violentos», declaró el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, al canal ZDF. «En cualquier caso, se harán controles consecuentes en las fronteras. Y eso es importante y lo correcto», subrayó.
Por Sebastian Stiekel (dpa)