Stuttgart, 2 abr (dpa) – La brecha entre proveedores y fabricantes de automóviles en Alemania se amplió aún más en 2023, pese al récord de ventas logrado por la industria, señala un estudio publicado hoy por la consultora Ernst & Young (EY).
Según el informe, gracias también a la superación de cuellos de botella en la producción, la industria automotriz aumentó el año pasado sus ingresos en un 10 por ciento, alcanzando los 558.000 millones de euros (600.000 millones de dólares), la cifra más alta hasta la fecha.
Sin embargo, con un crecimiento del once por ciento, los fabricantes de automóviles volvieron a obtener mejores resultados que los proveedores, que registraron un aumento de la facturación del nueve por ciento.
El contraste entre ambos grupos se evidencia especialmente en el análisis de la última década. «Desde 2014, la facturación de los proveedores en Alemania aumentó un 25 por ciento, mientras que los fabricantes crecieron más del doble, con un incremento del 59 por ciento», describe el estudio.
«A primera vista, el año pasado no fue malo para la industria automovilística alemana», resaltó Constantin Gall, experto de mercado de EY.
Sin embargo, Gall explicó que el récord de ventas también fue consecuencia de la elevada inflación y la fuerte subida de los precios de compra y de los materiales.
El resultado es que los elevados costes energéticos y el aumento de los costes laborales provocaron una caída de los márgenes de muchas empresas. «Esto se aplica especialmente a los proveedores, para quienes el panorama se está volviendo cada vez más difícil», agregó el experto.
Muchos de ellos, según Gall, se encuentran en una situación desesperada. «Quienes deseen ser sostenibles como proveedores deben invertir masivamente en nuevas tecnologías», dijo.
Sin embargo, el experto destacó que el avance de la electromovilidad no está cobrando impulso y se está lejos de alcanzar las cantidades esperadas y necesarias. Esto, detalló, está costando mucho dinero al sector y provocando incertidumbre.
La situación del empleo en Alemania como lugar de fabricación de automóviles apenas mejoró en 2023. Aunque se detuvo la tendencia negativa de los últimos años y el número de empleados en la industria aumentó un 0,7 por ciento, hasta unos 780.000, el empleo se mantuvo muy por debajo del máximo de 834.000 registrado en 2018.
La brecha entre fabricantes y proveedores también se hace evidente en dicho apartado. Así, el empleo entre los proveedores volvió a caer un 0,2 por ciento en 2023, mientras que los fabricantes registraron un aumento del 1,2 por ciento.
En los últimos diez años, el número de empleados de los proveedores en Alemania disminuyó un 7,5 por ciento, mientras que el de los fabricantes aumentó un 4,3 por ciento.
En vista de las numerosas incertidumbres, Gall prevé una reducción del empleo para el año en curso. «Recientemente, el empleo ha aumentado de forma ligera, lo que se debe sobre todo a la expansión de la especialización en software», afirmó.
No obstante, declaró que la tendencia a largo plazo apunta claramente a la baja. «La mayoría de las grandes empresas del sector se están centrando en programas de reducción de costes», comentó.
A su vez, según Gall, la inteligencia artificial también contribuirá a que haya menos puestos de trabajo en áreas indirectas como informática, relaciones públicas, marketing, finanzas y contabilidad.
«Por consiguiente, las empresas están recurriendo cada vez más a la congelación de contrataciones y a una reducción de niveles de gestión», agregó.
En su opinión, el auge de la movilidad eléctrica conllevará inevitablemente una reducción del empleo en Alemania. Argumentó que esto se debe a que la producción de vehículos eléctricos requiere menos mano de obra que la de los motores de combustión.
La consultora EY evaluó las cifras de la Oficina Federal de Estadística (Destatis) y la Agencia Federal de Empleo para analizar la evolución del empleo y la facturación. El estudio se centró en empresas en Alemania con al menos 50 empleados.