Berlín, 8 feb (dpa) – El canciller alemán, Olaf Scholz, emprende hoy su tercera visita a Estados Unidos desde que asumió el cargo hace poco más de dos años, durante la cual tiene previsto reunirse con empresarios, legisladores y con el presidente estadounidense, Joe Biden.
Antes de partir, Scholz pidió a sus aliados en Europa y Estados Unidos más apoyo para Ucrania. «Ahora es el momento (…) en el que tenemos que hacer lo que es necesario, es decir, dar conjuntamente a Ucrania la oportunidad de defenderse y al mismo tiempo enviar una señal muy clara al presidente ruso (Vladímir Putin)», dijo.
«La señal es que no puede contar con que nuestro apoyo disminuya, sino que durará lo suficiente y será lo suficientemente grande», añadió.
En un artículo en el diario estadounidense «Wall Street Journal», el canciller escribió asimismo que una victoria rusa en Ucrania cambiaría drásticamente la faz de Europa y supondría un duro golpe para el orden mundial liberal.
«El brutal intento de Rusia de apoderarse de territorio por la fuerza podría servir de modelo a otros autócratas de todo el mundo. Otros países correrían el riesgo de ser víctimas de un depredador cercano», escribió Scholz.
El encuentro con Biden será el viernes en la Casa Blanca, para hablar de la ayuda militar a Ucrania, el conflicto en Oriente Próximo, así como sobre la cumbre por los 75 años de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que tendrá lugar en julio en Washington.
Scholz habló de una visita «en un momento muy especial», subrayó la importancia de la asociación transatlántica y el cumplimiento por parte de todos los países del objetivo de destinar el dos por ciento del PIB para equipar a la OTAN.
También hizo hincapié en la responsabilidad conjunta de estar al lado de Israel en la guerra de Gaza, pero a la vez desarrollar perspectivas «necesarias para que sea posible una paz duradera en la región», como una solución de dos Estados entre Israel y los palestinos.
Tras su llegada hoy, Scholz tiene una cena con miembros del Congreso estadounidense. El viernes por la mañana, su programa del viaje de 24 horas incluye un desayuno con empresarios locales.
La visita tiene lugar pocos días antes del segundo aniversario de la invasión rusa a Ucrania. Estados Unidos es, con diferencia, el principal proveedor de armas a ese país, seguido de Alemania. Sin embargo, tanto Biden como Scholz tienen problemas a la hora de movilizar más ayuda.
Scholz lleva desde principios de año instando a los socios de la Unión Europea a aumentar significativamente su apoyo, sobre todo a Francia, España e Italia, pero hasta ahora solo ha obtenido una respuesta más bien fría.
Por su parte, Biden se enfrenta a un duro bloqueo en el Congreso, que impide el flujo de más ayuda de Estados Unidos a Ucrania. El presidente ya solicitó al Parlamento nuevos fondos para Kiev hace meses, pero la oposición del Partido Republicano expresó sus dudas y exigió muchos más recursos para asegurar la frontera estadounidense.
La disputa política interna se prolonga sin solución a la vista y todos los llamamientos del presidente quedaron hasta ahora en nada.
La situación se complica más porque en Estados Unidos comenzaron las primarias para las elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre. Biden quiere volver a presentarse, mientras que el expresidente estadounidense Donald Trump se perfila como el más probable aspirante republicano.
El posible regreso al poder de Trump acompaña a Scholz en su viaje pese a no ser un tema que figure en la agenda oficial, tras el enfriamiento que se produjo en las relaciones entre ambos países durante su anterior mandato.
El canciller no se reunirá con Trump en persona, pero intentará hacerse una idea del estado de ánimo en el Partido Republicano en su cena con miembros del Congreso.
Las conversaciones de Scholz con Biden también se centrarán en la misión de la UE para proteger a los buques mercantes en el mar Rojo, así como en el peligro de una escalada de la crisis en todo Oriente Próximo.