(dpa) – Una persona le pega a otra en el rostro, en Internet aparecen una y otra vez vídeos violentos. Cualquiera que difunda vídeos violentos puede ser procesado y eso también se aplica a los adolescentes.
La iniciativa alemana «¡Mira! Lo que tu hijo hace con los medios» llama la atención sobre ello.
La iniciativa recomienda activar filtros de contenido y desactivar el «autoplay» para proteger a los menores de edad de esos contenidos en redes sociales. Esto reduce el riesgo de que el menor se exponga a ello.
Pero aún más importante que las medidas técnicas es la conversación porque aunque los jóvenes no lo busquen específicamente en la red, es muy probable que se enfrenten a vídeos violentos.
Las grabaciones de ataques brutales se comparten una y otra vez en las redes sociales y en los grupos de chat.
Lo ideal es que los padres preparen a sus hijos para el hecho de que pueden encontrarse con representaciones reales de violencia en Internet. Es importante que aborden el tema de forma objetiva y adecuada a su edad, también para no inquietar por demás a los niños.
Puede ser útil que haya una persona de referencia permanente en el entorno. Los niños pueden recurrir a esta persona si encuentran contenidos incriminatorios o si algo les parece extraño en Internet.
Si los padres observan que sus hijos han descubierto vídeos violentos, deben explicarles cómo deben tratar esos contenidos y por qué.
Es importante que los niños no enlacen, compartan ni comenten los vídeos e imágenes. Lo importante es que no se les anime a prestar más atención a las imágenes o vídeos de esta manera.
«Los niños que se enfrentan a vídeos de delitos violentos reales reaccionan de forma diferente», explica Iren Schulz, coach de medios de comunicación e impulsora de la iniciativa.
Algunos niños tienden a ignorar el tema o lo aceptan como un fenómeno cotidiano. Para otros, un vídeo así es muy angustioso o perturbador.
Si un niño no puede desprenderse de esas imágenes, Iren Schulz aconseja, en primer lugar, asimilar el horror inmediato. «Una pausa de los medios y la distracción positiva pueden ser una forma de volver a tener la cabeza despejada», indica.
En el siguiente paso, aconseja que los padres ayuden a sus hijos a lidiar con sus emociones porque un niño, tenga la edad que tenga, quiere que le tomen en serio y se fijen en sus sentimientos. Los padres pueden animarles a cuestionar y clasificar lo que ven. Es importante no dejar solos a los niños con sus preocupaciones.