(dpa) – El espresso martini es un cóctel que mezcla vodka con café expreso. Los expertos lo consideran una bebida de sobremesa, pero eso no impide que algunos lo tomen como aperitivo. Esta bebida mezclada tiene una agitada historia de 40 años y la reputación de ser la nueva bebida de moda, como contraprograma en un mundo lleno de Aperol spritz, gin tonic, tequila y mezcal.
En estos días se escucha con frecuencia hablar de bebidas aparentemente de gran aceptación o «in» que en realidad están de moda desde hace mucho tiempo. Este es el caso también del espresso martini, que algunos consideran «de 2022» y otros «de 2018».
Pues bien, el periódico estadounidense «The New York Times» escribió en junio de 2021: «El espresso martini está en todas partes (otra vez)». Lo dulce, fuerte y satisfactorio es el espíritu de la época actual: «En su forma más clásica, la bebida consiste en café expreso recién hecho, licor de café (como Kahlúa o Mr. Black) y vodka, agitado y servido en una copa de martini fría con tres granos de café tostado como guarnición».
El alemán Nils Wrage, redactor jefe de la revista especializada en coctelería «Mixology», afirma que las primeras señales del renacimiento de la bebida ya se vieron en Estados Unidos a finales de la década de 2010, cuando el espresso martini apareció en varios formatos televisivos.
«Ya hemos experimentado en varias oportunidades una repopularización de bebidas más antiguas: la más famosa es el caso del ‘cosmopolitan’, la bebida favorita de la protagonista de la serie de televisión ‘Sex And The City’ alrededor del año 2000», explica Wrage.
Así describe Terry Cashman, barman londinense, el origen de la bebida en un portal especializado de la compañía británica Diageo: «Dick Bradsell lo inventó en 1983 durante su etapa en el restaurante ‘Soho Brasserie’, y originalmente lo llamó vodka espresso. La leyenda del cóctel cuenta que una joven, futura supermodelo, acudió al bar y le pidió a Dick que le preparara un cóctel con café. Este le mezcló entonces una bebida con vodka, azúcar, licor de café y un chorrito de expreso directamente de la cafetera de la barra».
Bradsell, fallecido en 2016 a los 56 años, modeló el estilo de la escena londinense en los años 80 y 90. Según Cashman, durante su etapa en el bar «The Pharmacy», la bebida se llamó «pharmaceutical stimulant», y luego volvió a denominarse vodka espresso.
Cashman señala que las bebidas desarrollan una cierta vida propia una vez que se hacen populares. «Y la tendencia a finales de los 90 a ponerle la palabra ‘martini’ a cualquier cosa que se sirviera en una copa de martini (chocolate, sandía, manzana… lo que a uno se le ocurriera) hizo que el cóctel pronto entrara en la conciencia pública como espresso martini», explica el barman.
Nils Wrage, de «Mixology», afirma que, sin embargo, la bebida estuvo casi olvidada durante años: «Según nuestras observaciones, el espresso martini experimentó su auge durante la fase álgida de la pandemia y el confinamiento, cuando mucha gente empezó a preparar cócteles en casa. Esto es plausible, ya que es un cóctel que se presta muy bien para el hogar: mucha gente tiene una cafetera exprés, y mucho más que eso no hace falta». Wrage añade que la bebida es «elegante, pero también accesible».
Según afirma Wrage, también en los países de habla alemana —de Hamburgo a Zúrich, de Stuttgart a Berlín, de Colonia a Viena— la escena coctelera ha acogido con gratitud la tendencia internacional, ya que el espresso martini es fácil de preparar e incluso puede hacerse en grandes cantidades.
Además, prosigue, ofrece a los bármanes la oportunidad de experimentar, por ejemplo, cambiando la bebida de base: «Puede ser más sabroso con ron o tequila, porque ofrecen un aroma más complejo», especifica el experto.
Wrage opina que el espresso martini se adapta bien a nuestro tiempo y actitud ante la vida. «El café ha experimentado una nueva percepción como producto de placer en los últimos años. A los ojos de mucha gente, esto lo hace más adecuado como ingrediente de una bebida de alta calidad. Además, con su combinación de alcohol y cafeína, la bebida también simboliza una fusión entre el éxtasis provocado por el alcohol y la presión relativa al rendimiento a la que mucha gente se ve sometida hoy en día», puntualiza el redactor.
Por Gregor Tholl (dpa)