(dpa) – Un aguardiente más, una cerveza más y rápidamente sucede: uno pierde la noción de todo y se queda en blanco. Un blackout.
Según los expertos, la rapidez con la que esto sucede depende de la tolerancia que cada organismo tenga al alcohol. Las mujeres tienden a sufrir un blackout antes que los hombres, porque tienen por lo general menos peso.
El riesgo también aumenta si se beben grandes cantidades de alcohol en poco tiempo. Eso sucede con bebidas de alta graduación, como aguardiente o vodka, pero también con ponche y licor.
Andreas Jähne, médico especialista en adicciones, revela en esta entrevista qué es lo que pasa exactamente en el cerebro cuando se queda en blanco por alcohol y por qué es bueno no dejar que esto ocurra.
dpa: ¿Qué pasa cuando sufrimos un blackout por alcohol?
Andreas Jähne: En dosis elevadas, el alcohol tiene un efecto sedante. Eso quiere decir que provoca cansancio y afecta también la funcionalidad de nuestro cerebro, de manera que este ya no puede almacenar informaciones nuevas. Por lo tanto, es similar a un desmayo clásico, en el que no se sabe qué pasó.
El efecto del alcohol se desarrolla lentamente. Hay una zona gris, un momento de transición, en el que ya no llegan realmente todas las informaciones al cerebro, pero en el que sin embargo se forman algunos fragmentos sueltos de recuerdos. Al principio ni siquiera nos damos cuenta de que determinadas informaciones ya no nos llegan.
Cuando la persona afectada se duerme, tampoco desaparece todo (el recuerdo) al cien por ciento. También hay allí pantallazos sueltos, es decir, fragmentos de recuerdos. Estos llegan a la consciencia del afectado a veces solo unos días más tarde, pueden ser, por ejemplo, olores o imágenes. Pero qué exactamente queda en la memoria, eso es imposible de saber, es azar.
dpa: ¿Qué tan peligroso es quedarse en blanco de esta manera?
Jähne: Primero, ya solo la cantidad de alcohol ingerida daña el hígado y otros órganos. En segundo lugar, dependiendo de la duración y de la dosis del consumo, pueden producirse daños de las neuronas debido al efecto tóxico directo del alcohol.
Y tercero: durante todo ese tiempo, lógicamente, los afectados están expuestos e indefensos, como si hubieran tomado un sedante. Aquello que pasa mientras uno está en blanco no se puede manejar ni revertir. También se pueden producir caídas o accidentes, en los cuales uno se lesione. O alguien puede sufrir una hipotermia por estar expuesto al frío afuera sin abrigo.
dpa: ¿Qué conclusiones debería sacar uno tras un blackout?
Jähne: Uno debería pensar muy bien si quiere correr el riesgo de que vuelva a pasar. Hay que tener en claro que aun si una vez no pasó nada malo eso no quiere decir que la siguiente vez todo transcurra de la misma manera.
Andreas Jähne es especialista en psiquiatría y psicoterapia y en medicina de las adicciones. Es director médico y médico jefe de la clínica Oberberg Fachklinik Rhein-Jura y de la clínica Oberberg Tagesklinik Lörrach en el sur de Alemania.
Por Ricarda Dieckmann (dpa)