(dpa) – Los triops son una especie que tiene millones de años. Su nacimiento es cada vez como un pequeño milagro que disfrutan no solo los niños.
Ese momento, en que el polvo cae desde la pequeña bolsa y se hunde en un recipiente con agua. Y luego, pocos días después, cuando comienzan a pulular en el agua como por arte de magia: muchos adultos recuerdan aún hoy cómo era en los años 70 y 80 dar vida a auténticos crustáceos prehistóricos.
Kai A. Quante, de 54 años, es uno de ellos. Por aquel entonces, él también había probado criar estos crustáceos. Desde entonces, el entusiasmo nunca le abandonó. Hoy, el acuarista es un experto reconocido y experimentado profesional, y comparte su pasión con muchos aficionados. «¡Los triops despiertan un nuevo interés!», asegura.
Una mascota para principiantes
Son ideales para iniciarse en la tenencia de animales acuáticos como mascotas. No necesitan mucho espacio, el esfuerzo de cuidado es bajo y su vida es corta.
Lo que hace tan fascinantes a estos diminutos fósiles vivientes es su rapidísimo desarrollo. Apenas pasan unos días desde que se ponen en el agua hasta que eclosionan, a veces tan solo un día.
No importa si se trata de triops de tres ojos, anostracas o camarones de hada, camarones almejas o artemias, si las condiciones son óptimas, los animales alcanzan la madurez sexual a las tres semanas como máximo.
En tres meses recorren un ciclo vital completo. Sus huevos son resistentes, porque si se seca la arena en la que están, sobreviven durante años. «¡Una o dos cucharadas bastan para volver a verlos!», dice Quante, autor de un manual para criar estos crustáceos.
La calidad del agua debe ser buena
Los animales adultos no plantean grandes exigencias para su mantenimiento. «Al principio basta con un acuario de 2,5 litros», afirma el experto en acuarios y terrarios.
Según la especie, estos pequeños crustáceos solo necesitan una temperatura ambiente de unos 20 grados. Y una lámpara LED o de escritorio que ilumine el tanque desde arriba es suficiente como fuente de luz.
La calidad del agua es decisiva, porque debe ser baja en minerales y libre de químicos. Quante utiliza agua destilada de venta comercial mezclada con agua mineral (proporción 3-1) para criar triops y anostracas.
En tanto, para las artemias suma 25 gramos de sal marina por litro de agua.
El especialista recomienda poner arena fina en el fondo de la pecera. Las larvas, denominadas nauplios, deben ser alimentadas solo a partir de su tercer día de vida, preferiblemente con comida especial de un comercio especializado.
¿Suena sencillo? Lo es. Pero sin embargo, puede llegar a salir mal. «Aunque se sigan las instrucciones y se haga todo a la perfección, no significa que todo vaya a funcionar», dice Quante.
Diversos aspectos pueden influir en el proceso, como la presión atmosférica y las tormentas, y pueden hacer que los crustáceos mueran o no eclosionen.
«En esos momentos no hay que rendirse, sino dejar que todo se seque, esperar, volver a empezar y probar en otras condiciones. Y entonces comenzarán a pupular» las larvas, señala.
Estos fósiles vivientes tampoco toleran las corrientes de aire ni el frío. Por ello, se recomienda no colocar el recipiente delante de una ventana abierta ni en un alféizar frío de piedra.
Los crustáceos necesitan espacio
Según la especie y su fase de desarrollo, el recipiente debe ser lo suficientemente grande.
Para las anostracas, por ejemplo, que crecen hasta un máximo de uno o dos centímetros, Quante calcula 100 mililitros por animal. En un tanque de 2,5 litros puede haber entre 50 y 100 animales.
Los triops, en cambio, alcanzan entre cinco y nueve centímetros. Como regla general para el tamaño del tanque, Quante aconseja «al menos un litro por animal, preferiblemente dos» para los adultos de esta especie.
No hay que olvidar que, «al fin y al cabo, se trata de criaturas vivas que hay que mantener de forma adecuada a su especie y por las que se tiene una responsabilidad», sostiene.
Por eso también rechaza los kits para niños que se pueden comprar en Internet o en tiendas.
«Los animales no son juguetes. Y los contenedores de agua solo tienen una capacidad máxima de un litro. Ahí es donde realmente se roza el límite con el bienestar animal», advierte el experto.
Esta es también la opinión de la Asociación Alemana para el Bienestar Animal, que rechaza tanto las bolsas de las revistas infantiles como los «kits experimentales».
«El temor es que muchos de los niños y jóvenes pierdan el interés por los animales a los pocos días», afirma la portavoz Lea Schmitz. «Sobre todo si no se puede crear un vínculo con el animal», señala.
Un regalo de la prehistoria
Si no se es acuarista y no se quieren utilizar estos crustáceos primitivos como alimento vivo para peces, solo hay que esperar tres meses hasta que mueran de forma natural.
Para que los nuevos crustáceos primigenios salgan de sus huevos, primero deben pasar por una fase de secado.
Por eso, por ejemplo, las pistas de tanques en zonas de entrenamiento militar que se llenan temporalmente de agua siguen siendo hábitats de especies raras de agua dulce.
El experto en acuarios Quante tiene un consejo para los padres cuyos hijos fueron entusiastas criadores de triops prehistóricos: dejar secar bien unas cucharadas de arena, meterlas en un recipiente en el congelador y dejarlas, tranquilamente, durante varios años allí.
«Es un gran regalo y un recordatorio de la infancia cuando tu hijo o hija alcanza la mayoría de edad», dice Quante. «Estarán encantados y seguro que volverán a probar una nueva cría», asegura.
Por Katja Sponholz (dpa)