(dpa) – ¿Qué será ahora de nuestra vida cotidiana? ¿Cómo será la transformación de la persona que tanto amo? ¿Tengo la fuerza para enfrentar todo esto? Cuando una persona es diagnosticada con demencia, su pareja se confronta con toda una serie de preguntas.
Lo que está claro es que en una situación de este tipo se modifican los roles en la relación. Y es completamente normal que este proceso genere emociones fuertes como rabia, tristeza o agobio.
¿Qué ayuda en estos casos? Los expertos dan una serie de consejos sobre cómo puede resultar mejor el trato con una pareja enferma.
Estar bien informado
«Muy importantes para un buen trato son la comprensión, la aceptación y la paciencia frente al compañero o la compañera con demencia», dice la experta Daniela Sulmann. Y para ello es necesario, sobre todo, informarse sobre la enfermedad.
Aun cuando uno quisiera cerrar los ojos ante la realidad porque un diagnóstico así lo supera, es mejor si la pareja adquiere conocimientos sobre la enfermedad, por ejemplo, a través de libros, películas o artículos.
Darse tiempo para adaptarse a la situación
No es fácil aceptar la situación y al compañero enfermo de demencia. Por eso hay que tomarse tiempo para adaptarse al nuevo papel.
Según los expertos, aquí ayuda observar detenidamente el comportamiento, el lenguaje corporal y el tono de voz de la persona enferma de demencia y reunir experiencia.
Porque muchas veces se dan patrones de comportamiento en determinadas situaciones. Si uno los conoce, será más fácil entender los sentimientos y las necesidades del otro. Por ejemplo, si el compañero demente se siente sobreexigido y reacciona de manera agresiva.
También la comunicación cambia cuando uno de los dos tiene demencia. Las conversaciones profundas, que tal vez solían ser habituales antes, se hacen más difíciles. «Por eso, hay que encontrar nuevas maneras de comunicarse, por ejemplo a través de la mímica, la gestualidad y el contacto físico, porque las palabras pierden importancia», señala Sulmann.
Seguir compartiendo rituales comunes
El beso al levantarse, el pequeño paseo al atardecer, escuchar música juntos: es mejor que las parejas mantengan los rituales y las actividades acostumbradas, aconsejan los expertos. Sobre todo aquellas que siempre fueron especialmente importantes para ambos.
A los enfermos de demencia, las rutinas y procesos habituales les aportan seguridad y orientación. Además, las actividades en común fortalecen la relación, destacan los expertos.