(EP) – El Ejército de Estados Unidos ha informado este jueves de que sus fuerzas militares y los aliados en Irak y Siria han matado a casi 700 miembros de Estado Islámico, incluidos varios líderes de la organización, durante 2022.
El Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) ha precisado, a través de un comunicado que recoge un resumen del año, que han matado a 466 miembros de Estado Islámico en Siria y, al menos, 220 «agentes» en Irak. Además, 374 miembros –215 en Siria y 159 en Irak– han sido detenidos.
«La capacidad emergente, confiable y constante de nuestras fuerzas asociadas iraquíes y sirias para realizar operaciones unilaterales para capturar y matar a los líderes de Estado Islámico nos permite mantener una presión constante sobre la red de Estado Islámico», ha declarado el general de división Matt McFarlane, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada.
El CENTCOM ha agregado que «ninguna fuerza estadounidense ha resultado herida o muerta en estas operaciones», mientras que ha destacado el «papel fundamental» de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y las fuerzas de seguridad iraquíes «para garantizar la derrota duradera de Estado Islámico».
Asimismo, McFarlane ha reiterado el compromiso de Washington, «y lo que es más importante, (de) nuestros socios en Irak y Siria» en cuanto a la derrota del grupo yihadista.
«Estas operaciones han degradado a Estado Islámico y han sacado del campo de batalla a un grupo de líderes de alto rango», reza el comunicado del organismo, que agrega que todas estas operaciones buscan abatir «la capacidad del grupo terrorista para dirigir e inspirar ataques desestabilizadores en la región y globalmente, incluso contra la patria estadounidense».
Estado Islámico ha sufrido en las últimas semanas la muerte de su tercer líder desde 2019, con la confirmación del fallecimiento de Abú al Hasán al Hashemi al Quraishi, que fue nombrado al frente del grupo en marzo tras la muerte de Abú Ibrahim al Hashimi al Quraishi en una operación de las fuerzas especiales estadounidenses en la provincia siria de Idlib (noroeste).
En este contexto, el nuevo líder de Estado Islámico, Abú al Hussein al Hussein al Quraishi –séptimo en ocupar el cargo desde la fundación del grupo en 2004 por parte de Abú Musab al Zarqaui–, hace frente a una situación de debilitamiento de la cúpula central del grupo, que sin embargo sigue suponiendo una gran amenaza debido a sus numerosas ramas en el mundo, especialmente en África.