(dpa) – A menudo se acaricia a un perro desconocido sin saber cómo podría reaccionar el animal e incluso sin indagar antes si estas palmaditas son del agrado de su dueño.
Especialmente los perros bonitos con pelaje suave tientan a mucha gente a tocarlos. La veterinaria alemana Barbara Schöning sugiere que es mejor abstenerse de acariciar a un can desconocido.
«Un extraño no debe acercarse y tocarlo sin más», señala la especialista en ciencias del comportamiento y coautora de un libro sobre perros.
Observar en lugar de acariciar
En el caso de un perro desconocido, uno no sabe si le gusta o no que lo acaricien. Puede ocurrir que el perro se sienta amenazado.
«Uno no sabe si el perro interpreta el contacto como una amenaza, entonces, es posible que se asuste y reaccione de forma agresiva», advierte Schöning. Por lo tanto, señala que es mejor solo observar a los perros extraños.
Aunque un perro se acerque a un desconocido en el parque, esto no significa que quiera ser acariciado. Los perros son simplemente curiosos. Por eso hay que evitar tocarlo.
«Yo dejaría que un perro extraño me olfatee y luego seguiría caminando», señala. La veterinaria hace hincapié que aunque uno sepa desenvolverse con los canes, es mejor no acariciarlos o, al menos, pedirle antes permiso al dueño.
¿Qué hago si alguien acaricia a mi perro y yo no quiero que lo haga?
«En el caso de que haya personas que no acepten la explicación de que al perro no le gusta que lo acaricien, entonces simplemente diría que mi perro tiene pulgas o muerde», sugiere Rene Luczyk, propietario de una escuela canina en la localidad de Olfen, en el oeste de Alemania.
Interpretar correctamente las señales
Cuando se visita una casa con perros, el contacto con los animales suele ser más prolongado y el vínculo se vuelve más familiar. Entonces se puede intentar acariciar al perro, pero teniendo en cuenta algunas señales.
Según Schöning, si el perro quiere ser tocado, da una impresión de relajación y se apoya contra la persona. En el momento de la caricia, su cuerpo debe estar relajado.
Si, por el contrario, el perro está tenso no debe ser acariciado. Esto se ve cuando el perro gira ligeramente la cabeza antes de poner tenso el cuerpo.
«Si los perros se apartan, significa que quieren salir de esta situación», explica Luczyk. Otra señal de rechazo es cuando el can desplaza su peso hacia el otro lado.
Tampoco es una buena señal cuando el perro cierra los ojos, pone las orejas hacia atrás o queda completamente inmóvil.
«Muchos perros quedan petrificados cuando algo los incomoda», explica Justina Lempe, fundadora de una escuela canina de Berlín y también autora de un libro sobre canes.
Lempe recomienda a las personas esperar a que los perros se acerquen a ellos.
Al visitar a amigos con perros es mejor sentarse a la mesa y esperar a ver cómo reacciona la mascota. El perro puede entonces arrastrarse bajo la mesa y acercarse lentamente a la persona.
Dado que las señales del perro no son fáciles de reconocer para personas sin experiencia canina y para los niños, se debe tener especial cuidado. Esto también se aplica a los cachorros, a los que les gusta morder las manos. «A los perros jóvenes les gusta jugar», comenta Lempe.
Acariciar perros extraños solo en la espalda
Si está claro que el perro quiere ser acariciado, Luczyk aconseja agacharse y no inclinarse sobre el animal, ya que podría percibirlo como una amenaza. Añade que es conveniente que primero huela la mano.
Lempe, en cambio, cree que esto es innecesario porque los perros huelen bien incluso a una distancia de dos metros.
En tanto, los expertos coinciden que no hay que mirar fijamente a los ojos a un perro extraño. Además, es mejor no acariciar la cara, la cabeza o el vientre del animal.
Los abrazos también son tabú. «Yo tampoco rodeo así como así el cuello de un desconocido», comenta Luczyk. Agrega que tampoco se debe acariciar a un perro mientras come. Esto podría provocar que el animal comience a engullir el alimento o incluso morder porque quiere defender su comida.
Tenga en cuenta las preferencias de su propio perro
Mientras que no hay que acariciar a un perro extraño, en el caso de la propia mascota todo está permitido. «El dueño suele saber dónde y cómo le gusta que acaricien a su perro», afirma Schöning.
Lempe detalla que muchos perros se tumban de espaldas porque quieren ser acariciados en la barriga. También cuando apoyan la cabeza contra su dueño o buscan el contacto físico, los mimos son deseados.
A Luczyk, en tanto, le parece inapropiado dar palmadas en el costado del perro. «Es un hábito terrible. A ningún perro le gusta eso y, en el peor de los casos, puede provocar lesiones internas», advierte el especialista.
Por Silvia Hartwig (dpa)