(dpa) – Se trate de websites, marketing, nanotecnología o software para empresas, Miriam Janke está acostumbrada a participar en distintos ámbitos. Esta mujer -de hoy 24 años- creó su propia agencia de marketing a los 20. Actualmente es cofundadora de la start-up Trilleco, cuyo objetivo es volver a las empresas más sostenibles mediante soluciones digitales.
Haber cofundado varias empresas con éxito siendo una mujer joven no es ninguna obviedad. De acuerdo con el Monitoreo de Start-Ups Alemanas, solo el 18 por ciento de las empresas emergentes fueron fundadas por mujeres.
Según Stephanie Birkner, profesora junior de Female Entrepreneurship en la Universidad de Oldemburgo, en Alemania, uno de los motivos de esto es que durante mucho tiempo, la imagen ideal del fundador exitoso estuvo impregnada por un imaginario masculino. Pero considera que esto está cambiando.
Janke también experimenta este cambio. Sin embargo, reconoce que aún le pasa que la tomen por una asistente o que los hombres confundan una reunión laboral con un encuentro privado.
Janke dice que forma parte de la generación Z. Para ella, esto representa defender determinados valores e ideales como la diversidad, la sostenibilidad, la flexibilidad, el trabajo digital y el rechazo de los estereotipos. Afirma que, para lograr esto, es necesario que distintas generaciones trabajen en conjunto. Tiene buenas experiencias con esto. Su confundador es 36 años mayor que ella y cuenta que en la gerencia de la start-up trabajan personas de distintas edades.
Para Birkner, la clave para que las niñas y mujeres jóvenes desarrollen confianza en sí mismas y curiosidad a la hora de emprender cosas nuevas está en la educación y en la formación. «Las mujeres suelen pensar que deben saber y hacer todo al 120 por ciento. Eso no es necesario», señala. Indica que lo importante es saber cuáles son las necesidades en el ámbito de la tecnología, traducir esto en una solución y encontrar el socio adecuado.
Pero con las ideas no basta. Hace falta un capital para comenzar. De acuerdo con el Female Founders Monitor de la Asociación Federal de Start-Ups Alemanas de 2020, sigue habiendo claras diferencias entre los grupos fundadores masculinos y femeninos. Sobre todo en relación a las inversiones de capitales de riesgo y los business angels, es decir, personas particulares adineradas que invierten dinero, tiempo o sus conocimientos técnicos en empresas jóvenes: a la hora de invertir, estos siguen provilegiando los equipos de hombres a los de mujeres.
En tanto, la investigación demostró por qué se suelen apoyar menos las ideas de las mujeres, de acuerdo con Birkner. Según dice, en los eventos pitch, a los hombres se les suelen hacer otras preguntas que a las mujeres. Mientras que a ellos se les da más espacio para hablar de sus visiones positivas para el futuro, las mujeres son interrogadas sobre temas más negativos, como por ejemplo cómo piensan evitar riesgos.
Por eso es importante lograr visibilidad para las propias ideas lo antes posible, mencionarlas y constuir redes para conseguir las inversiones. «Cuando mi idea logra colarse en la mente de los demás, los otros empiezan a pensar conmigo en qué contacto me podría ser de ayuda», dice Birkner. Esto permite que se puedan entablar conversaciones relacionadas con las inversiones incluso al margen de estos eventos.
«Cada vez hay más iniciativas que promueven explícitamente la creación de empresas femeninas», afirma Birkner. Recomienda iniciar las conversaciones lo antes posible también en estos casos, aunque no haya ninguna ronda de financiación próxima.
En su opinión, también es muy importante no dejarse desanimar. «Que alguien se niegue a financiar un proyecto no significa que la idea no sea buena o esté condenada al fracaso. Quizá simplemente no es compatible con la estrategia de financiamiento», añade.
Birkner considera de todas formas que, en general, la situación de las mujeres en la fase inicial de fundación y puesta en marcha de emprendimientos ha mejorado. Cree que los inversores, los bancos y las consultoras de empresas emergentes están mucho más abiertos que antes a las ideas de las mujeres. Dice asimismo que muchas mujeres que tuvieron que enfrentar obstáculos en su camino apoyan hoy a las jóvenes fundadoras. «La primera ronda de inversión se ha vuelto algo más fácil, pero todavía estamos muy lejos de la igualdad de oportunidades de financiación para todos», añade.
Cuando se trata de escalar y aumentar el volumen de negocio, las fundadoras siguen encontrando problemas. «Una de las razones es que los modelos de negocio de las empresarias suelen tener una idea diferente acerca de la propuesta de valor», dice Birkner.
Y explica que normalmente no están diseñados para ganar mucho dinero rápidamente y luego retirarse, sino que suelen basarse en la idea de crear puestos de trabajo a largo plazo en una región y persiguen objetivos sociales y ecológicos. «Se crea una nueva forma de economía para la que se necesitan un lenguaje, categorías y conceptos propios», afirma.
De acuerdo con Birkner, un paso en la dirección correcta sería cambiar las categorías de evaluación en las decisiones de los jurados. Añade que también es importante la flexibilización temporal de los programas de promoción, para que puedan participar personas en diferentes situaciones de vida.
Pero, principalmente, recomienda deshacerse de las antiguas ideas relacionadas con el empresario ideal. «Muchas personas en Alemania siguen creyendo que solo es exitoso quien es duro», comenta Birkner. «Eso no es necesario. Puedo reírme, mis tareas pueden resultarme fáciles y puedo ser de todas formas una empresaria exitosa», asegura.