(dpa) – A la hora de elegir un lugar donde hacerse un tatuaje, el estilo del tatuador no debería ser lo único que defina la elección. Mucho más importante es la higiene del sitio, para evitar contraer enfermedades o sufrir inflamaciones a través de la aguja.
La falta de higiene en un estudio de tatuajes puede conllevar infecciones graves como el HIV o la hepatitis. Por eso, lo mejor es informarse, antes del tatuaje, sobre el sitio elegido, el procedimiento allí utilizado y también acerca de qué tintas emplean.
Chequear las normas de higiene
El tatuador o la tatuadora debe trabajar en un ambiente higiénico y limpio. Esto se traduce en superficies y pisos fáciles de limpiar. También debería haber a mano paños para una limpieza rápida del sillón que usa el cliente.
Entre otras cosas, los clientes deben poder responder afirmativamente a estas preguntas: ¿la máquina de tatuar está guardada higiénicamente en un plástico o es lavable? ¿Hay pequeños contenedores descartables para las tintas de tatuaje y los desinfectantes? ¿El tatuador usa guantes descartables, agujas estériles e incluso mascarilla?
Prestar atención a las tintas
En muchos países hay regulaciones acerca del tipo de tintas que se pueden usar. Desde enero de 2022, la Unión Europea (UE), por ejemplo, establece algunos requerimientos legales para estos colores.
De acuerdo con la normativa 2020/2081 de la UE, las tintas no pueden contener sustancias consideradas cancerígenas o mutágenas. Se prohibieron o limitaron, además, más de 4.000 sustancias nocivas. Es por eso que algunos expertos temen ahora que algunos estudios decidan emplear en reemplazo productos aún no estudiados.
Asesorarse es importante
Algunos colores están bajo sospecha de causar alergias. Dado que los pigmentos de la tinta permanecen a largo plazo en la piel, es importante que los clientes se informen con anterioridad sobre los materiales utilizados.
Lo mejor es que el estudio confirme que los colores empleados se condicen con las regulaciones actuales. Otra forma de reconocer un lugar serio es cuando el tatuador pregunta al cliente si sufre de posibles alergias. Por lo general, es una buena señal que el tatuador le haga varias preguntas al cliente y lo informe de manera detallada, como para que este se sienta seguro y en buenas manos.
Los clientes también deberían fijarse si las tintas empleadas para el tatuaje tienen etiquetas con datos del fabricante, fecha de vencimiento y lista de ingredientes. Sacarle una foto a dicha etiqueta también puede ser útil para saber qué ingredientes se usaron si más tarde aparece alguna alergia.
Tomarse tiempo para elegir el diseño
Por supuesto, el estilo del tatuador debe ser compatible con el diseño que uno se quiere tatuar, ya que, por lo general, se trata de un dibujo que se llevará toda la vida.
Otra cosa que es importante recordar es que los tatuajes no son tan fáciles de eliminar sin dejar rastros y sin cierto riesgo. Es por eso que la decisión de hacerse un tatuaje debería ser meditada, y no espontánea o tomada en medio de las vacaciones.