(dpa) – ¡La rutina del trabajo podría ser tan maravillosa! Sobre todo para quienes están bien formados, saben todo sobre su profesión y son empáticos con los demás. ¿Qué mejores cartas para tener éxito? Sin embargo, no todos pueden descansar sobre sus capacidades. Muchas personas se atormentan permanentemente con dudas en el trabajo. Se desmoralizan diciéndose «yo no puedo hacer todo esto», «no lo estoy haciendo bien» o «no soy lo suficientemente bueno».
Las mujeres suelen ser muy autocríticas
«Muchas veces son las mujeres las que se atormentan con dudas sobre sí mismas en el entorno laboral», dice la asesora de carreras Hanne Berger, quien trabaja en Hamburgo. Según un estudio realizado en 2017 en Alemania, las mujeres suelen infravalorar sus fortalezas en el ámbito laboral, les otorgan un valor muy por debajo del que les atribuye su entorno.
El estudio demostró que los hombres también suelen ser autocríticos, si bien en mucho menor medida que las mujeres.
Las dudas sobre uno mismo en materia laboral pueden tener causas muy diversas. Pueden estar vinculadas al hecho de tener que asumir nuevas tareas que generen la sensación de que uno no cuenta con la experiencia necesaria, ni está a la altura de las circunstancias. «En esos casos, dudar es normal», dice la coach Ragnhild Struss. A veces, esas dudas incluso pueden ser un indicador realista de que las exigencias laborales y las habilidades que uno puede aportar no están en sintonía.
«Pero en muchos otros casos las dudas internas tienen su origen en una falta de autoestima», dice Struss, y esa falencia muchas veces está vinculada a expectativas desmedidas sobre uno mismo. Eso queda en evidencia al ver que una persona con autoestima estable puede encarar con cierta confianza y como posibilidad de crecimiento cualquier tarea, por mayor que parezca el desafío. En cambio, alguien que de base es más bien inseguro, pone sus temores en primer plano, ve siempre más su miedo a fracasar.
Los perfeccionistas tienden a dudar de sí mismos
Por lo general, quienes dudan rápidamente de sí mismos suelen ser personas con cierta tendencia al perfeccionismo. Al ver que los resultados que producen no son infalibles ni impolutos, se castigan atormentándose de todas las formas posibles. Otro perfil que sufre en esos contextos es el de quienes tienen una autoestima muy dependiente del retorno de los demás. Se sienten sumamente inseguros si no reciben feedback positivo. «En esos casos puede ser útil solicitar una opinión o comentario por el trabajo aportado», dice Bergen.
Por el otro lado, la especialista recomienda trabajar en una autopercepción positiva. Puede ayudar preguntarse: ¿Qué efecto tiene mi trabajo? ¿Cuál es el producto de mi trabajo? Eso debería ir acompañado de la condescendencia consigo mismo de que no todo debe ser siempre perfecto.
El análisis escrito ayuda
La asesora Ragnhild Struss recomienda realizar un análisis del estado de la situación por escrito. Cada cual puede apuntarse cuáles son las tareas que le generan mayores dudas y, en el segundo paso, intentar describir esas tareas. ¿En qué consisten? ¿Qué capacidades son necesarias para resolverlas?
Luego, cada quien debe preguntarse concretamente por qué cree no estar a la altura de esas tareas. ¿Realmente no dispongo de las capacidades necesarias? ¿Temo no poder cumplir con la tarea en el tiempo exigido? ¿Entra esta en terrenos en los que no creo estar suficientemente capacitado o que me provocan temor por alguna otra razón?
Analizar las razones y actuar contrarrestándolas
«En cuanto uno conozca las razones que lo hacen dudar tanto, también podrá buscar formas de hacerles contrapeso», dice Struss. Por ejemplo, buscando información que le otorgue el conocimiento necesario, teniendo una conversación con el o la jefa sobre la cantidad de trabajo o procesando por cuenta propia, en alguna terapia, los temores que le disparan ciertas tareas.
Si del análisis resulta que es más bien una sensación vaga de inseguridad, las dudas internas vuelven una y otra vez. En ese caso, es fundamental encarar el problema de base, la falta de autoestima, dice Struss. Puede ayudar llevar un diario en el que uno vaya apuntando sus éxitos, o recordar a conciencia situaciones que uno pudo resolver exitosamente.
Buscar el intercambio con otras personas
Quienes se critican mucho a sí mismos no tienen por qué solucionar todo solos. Hanne Bergen recomienda buscar el intercambio con otras personas y consultarles, por ejemplo, a la pareja o a una amiga, qué puntos fuertes le encuentra a uno. Hablando, muchas veces, las cosas se ven con mayor claridad y pueden clasificarse más fácilmente.
Para poder ponerle un límite a los autocuestionamientos en el trabajo es importante trabajar con constancia en uno mismo. «Por ejemplo, uno puede apuntarse dos o tres situaciones que hayan sido un logro», aconseja Bergen. Si vuelven a bullir las dudas, releer los apuntes reforzará la confianza en uno mismo.
Apagar las críticas internas
Struss sostiene que puede ayudar asimismo reemplazar las convicciones negativas por dogmas positivos y repetirlos como si fuesen un mantra. Si asoma el pensamiento «¡nunca lo voy a lograr!», uno podría concentrarse en la frase «puedo lograr todo con solo ser lo suficientemente abierto y en caso necesario pedir ayuda».
Si una persona nota que determinadas situaciones siempre le generan inhibiciones, puede hacer una breve meditación para contrarrestar esos pensamientos. Lo importante es que en esa meditación uno decida a conciencia soltar y dejar ir todos los malos pensamientos, o crear un contrapeso a esa crítica interna que asoma dentro de uno, por ejemplo, diciendo «sé que me quieres proteger de un dolor, pero yo puedo arreglármelas y no necesito tu ayuda».
Por Sabine Meuter (dpa)