Escuchar la palabra desguace, directamente, invita a pensar en un vehículo que dice adiós a su vida útil, a un cementerio de coches que sirve para que sus piezas y materiales acaben tratados para conseguir el menor impacto medioambiental posible.
Pero, sin duda, para muchos otros tiene que ver con otro tipo de servicios como el de conseguir las piezas para la reparación de un vehículo concreto, o, incluso, desarrollar todo un vehículo gracias a piezas originales que están catalogadas y no dañadas que se mantienen en las instalaciones de los desguaces para ayudar a aficionados e incluso talleres profesionales en la tarea de dar soluciones a las averías comunes.
«Muchos piensan que solo damos de baja vehículos y vendemos algunas piezas en buen estado de los vehículos que han llegado siniestrados, por ejemplo. Sin embargo, también tenemos serivicios de homologación de vehículos, aplicando la ingeniería al automovilismo cuando se ha hecho alguna modificación frente a las prestaciones de fábrica» explican desde Desguaces Oviedo.
Eso, porque los desguaces en Asturias están muy bien considerados gracias, entre otras cosas, a la afición que hay por el automovilismo. Sus carreteras han visto pasar por sus kilómetros y curvas algunos de los rallies de velocidad y regularidad mejor valorados de los Campeonatos nacionales e internacionales.
No en vano, durante muchos años por sus carreteras se ha celebrado el Rallie Princesa de Asturias y el Legend, que aunque ahora está de capa caída, tuvo su gloria hace algunos años auspiciado por un promotor único.
En definitiva, un desguace de referencia es clave para principalmente cuatro servicios:
- Recepcionar y dar de baja vehículos que van a dejar de circular.
- Conseguir piezas y recambios de vehículos de baja o siniestrados que, por el contrario, siguen pudiendo tener vida útil.
- Homologar las modificaciones tanto de carrocería como de mejoras en el motor y rendimiento.
- Valoración de siniestros por peritos profesionales.
Los desguaces, en realidad, hacen un gran servicio al tratar los residuos ya inservibles del parque automovilístico. Gracias a la forma de gestionarlos, se garantiza no solo la reutilización de piezas, sino incluso el reciclaje de materiales a los que se puede dar una segunda vida tras separarse de los vehículos.