(dpa) – En los últimos años, la oferta de aplicaciones para documentar el ciclo menstrual ha aumentado considerablemente. Al fin y al cabo, el periodo puede ser un importante indicador general de vitalidad y salud en las mujeres.
«Conocer el propio ciclo puede ser interesante para las mujeres por varias razones», asevera la ginecóloga alemana Mandy Mangler. Algunas mujeres quieren saber cuándo son fértiles y cuándo no. Otras simplemente quieren tener una visión general de su propio ciclo.
La mayoría de las aplicaciones para el periodo son simples calendarios que pueden registrar información sobre los días de la menstruación y, opcionalmente, sobre la intensidad del sangrado, los cambios de humor, la duración del sueño, la libido o los niveles de energía. Algunas aplicaciones también utilizan los datos para calcular patrones para futuros ciclos.
«A la hora de elegir una aplicación para el ciclo menstrual, lo más importante es definir qué función debe cumplir», informa Christian Maas, informático y desarrollador de aplicaciones para el ciclo menstrual, de la ciudad alemana de Tubinga.
Algunas mujeres quieren poder predecir cuándo les llegará la próxima regla, por ejemplo, para saber si coincidirá con un viaje. Otras toman medidas preventivas contra los dolores menstruales. Las deportistas, por su parte, pueden utilizar la información para planificar su entrenamiento.
«Para nosotros, los ginecólogos, es importante observar el ciclo de una paciente y determinar si es regular, o si quizá hay algo que destaque, y de esta manera no pasar por alto ninguna posible enfermedad», explica Mangler, directora médica de la Clínica de Ginecología y Obstetricia de un hospital berlinés. Un ciclo regular suele ser un indicador de un sistema hormonal estable.
Las aplicaciones de seguimiento del ciclo pueden ayudar a las mujeres a conocer su propio ciclo y aprender a evaluar los síntomas correctamente. «Es una gran ayuda para una usuaria poder ver en la aplicación que su periodo está a punto de empezar y que probablemente ese sea el motivo por el cual está cansada», señala Mangler.
En cualquier caso, prosigue, merece la pena guardar los valores de rendimiento, estado de ánimo o peso en la aplicación y observarlos durante tres o cuatro meses. De este modo, las mujeres obtienen detalles sobre su ciclo que les permiten sacar determinadas conclusiones.
Por ejemplo, pueden descubrir que no están de mal humor antes de la menstruación, sino en otras fases del ciclo, o bien que no lo están en absoluto. El conocimiento sobre los efectos del ciclo en el bienestar de la persona puede inspirar confianza y dar seguridad.
En términos de protección de datos, tiene sentido utilizar aplicaciones que no compartan datos con terceros y en las que la información solo se almacene en el propio dispositivo del usuario. Algunas aplicaciones ofrecen la opción de compartir los datos del ciclo con la pareja. Es importante no compartir los enlaces en las redes sociales y los foros.
Lo ideal es que el operador de la aplicación solo tenga acceso a los datos del ciclo con el consentimiento del usuario. Además, hay que asegurarse de que la aplicación también funcione fuera de línea y de que el servidor de datos se encuentre en el propio país. En cualquier caso, merece la pena leer las actualizaciones de las declaraciones de protección de datos.
Si lo que se quiere primero es conocer su propio cuerpo y su ciclo, basta con una simple aplicación para el ciclo menstrual, de las cuales hay muchas en el mercado. Sin embargo, para la función de cálculo de los ciclos futuros se requiere un programa informático más complejo: «La mayoría de las aplicaciones sencillas utilizan un ‘modelo de periodo basado en ciclos de 28 días’ para calcular los ciclos futuros», afirma Maas. Sin embargo, en la mayoría de las mujeres, los ciclos no duran exactamente 28 días.
«Desde el punto de vista médico, una duración del ciclo de entre 23 y 35 días se considera normal y regular», destaca la ginecóloga Mangler, y recomienda más bien calendarios menstruales que incluyan las fluctuaciones naturales del ciclo en la previsión de los próximos ciclos. Estas aplicaciones, algo más complejas, utilizan algoritmos de aprendizaje automático para determinar los próximos ciclos.
«Pero, en definitiva, nuestro cuerpo no es un mecanismo de relojería», acota la médica. Una entrevista de trabajo, un viaje o una cita pueden influir en el ciclo de forma espontánea y a corto plazo. Eso no es malo en absoluto, pero no se puede calcular de antemano con una aplicación. El desarrollador de la aplicación, Maas, también admite que una previsión con tres o cuatro meses de antelación es poco fiable.
A quienes quieran utilizar las aplicaciones como método anticonceptivo para determinar los periodos sin hormonas, la ginecóloga aconseja documentar previamente unos cuantos ciclos y «registrar y evaluar la mayor cantidad de datos posible».
Esto incluye el cambio del moco cervical, la posición y el estado del cuello uterino, la medición de la temperatura corporal basal o el uso de test de ovulación. Algunas aplicaciones pueden acoplarse a sensores similares a tampones que miden la temperatura corporal durante el sueño.
Sin embargo: aunque algunas aplicaciones estén aprobadas como dispositivos médicos, nunca alcanzan a sustituir a un método anticonceptivo común. La ginecóloga recomienda no confiar al cien por cien en una aplicación para el ciclo menstrual.
Lo que sin duda pueden estas aplicaciones es contribuir a que las mujeres entiendan su propio cuerpo y los procesos que tienen lugar durante un ciclo.
Por Lorena Simmel (dpa)