(dpa) – Aunque los expertos consideran que el riesgo de interferencia es relativamente bajo, las personas que tengan implantado un marcapasos o un desfibrilador no deberían llevar el celular directamente pegado al pecho, como puede ser en el bolsillo de la camisa.
Para el cardiólogo Philipp Lacour, del hospital Charité en Berlín, lo recomendable es que se mantenga una distancia de 15 centímetros, sin que ello suponga ningún tipo de límite en la vida cotidiana.
En la mayoría de los casos, esta precaución debería ser incluso superflua, añade. No obstante, Lacour aconseja que, siempre que sea posible, el cardiólogo compruebe la eventual interacción entre el smartphone y el dispositivo implantado.
«Lo ideal es que lo haga el cardiólogo del paciente, que es el que sabe cómo interactuar con el dispositivo implantado», explica Lacour. Una mera consulta no es suficiente para determinar o descartar un posible mal funcionamiento, añade.
Advertencia de los cardiólogos
Este tema se abordó recientemente en la revista científica «Heart Rhythm», que relata en un artículo cómo unos cardiólogos en Estados Unidos colocaron el iPhone 12, el nuevo smartphone de Apple, en el pecho de un paciente con marcapasos.
La función del implante se inhibió inmediatamente, indicaron. Los médicos advirtieron que los iPhones podrían impedir algunas funciones que salvan vidas del marcapasos, sobre todo si se lleva en el bolsillo de la camisa.
El cardiólogo Florian Blaschke, colega de Lacour, explica en «Heart Rhythm» que el iPhone 12 lleva incorporado un anillo magnético de 18 imanes individuales (MagSafe) que parece ser lo suficientemente fuerte como para desactivar el desfibrilador implantado durante el tiempo que se coloca el teléfono cerca del dispositivo.
En la práctica clínica, los imanes se utilizan para desactivar un desfibrilador «en caso de mal funcionamiento con la administración de descargas innecesarias», si no hay ningún aparato adecuado para hacerlo, explica Blaschke.
Mientras el imán esté colocado en el pecho, la función de descarga se desactiva, pero la función de marcapasos no, y una vez que se retira el imán, el dispositivo implantado vuelve a ser totalmente funcional, agrega. En un centro médico esto ocurre de forma controlada, sin embargo, en la vida cotidiana, estos fallos pueden ser peligrosos.
Apple recomienda la distancia
La empresa Apple ha respondido a la información aparecida en la revista recomendando a los usuarios de iPhone 12 que el terminal mantenga una distancia segura con el marcapasos para evitar posibles interacciones.
La recomendación en su página web también la extiende a los usuarios de accesorios dotados con MagSafe, como las fundas protectoras y las estaciones de carga. En concreto, Apple aconseja más de 15 centímetros, e incluso más de 30 centímetros cuando se cargue el smartphone en una estación inalámbrica.
En un estudio realizado en 2020, Blaschke y Lacour, junto con otros científicos, indagaron sobre las posibles interacciones de los teléfonos inteligentes con dispositivos implantados.
Entonces utilizaron un iPhone 6. No se produjeron interacciones como las del iPhone 12, comenta Blaschke. Pero también es cierto que el iPhone 6 no cuenta con un sistema MagSafe.
No obstante, los científicos recomiendan en su estudio que las personas que llevan un implante de estas características comprueben si su celular influye de alguna forma en el dispositivo implantado.
Y, según Blaschke, esto debe hacerse tanto en el que podría ser el peor de los casos, es decir, cuando el smartphone se coloca en el pecho directamente sobre el marcapasos, como en situaciones cotidianas. Por ejemplo, cuando se habla por teléfono y se sostiene el smartphone en la oreja derecha o izquierda.
Por Tom Nebe (dpa)