El funcionamiento de Nuevas Ideas (NI) se basa en la corrupción, como ha demostrado la reciente investigaciónde la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (CITIES). Desde Santa Tecla Información se ha elaborado una encuesta, con algunas de las últimas noticias, sobre la gestión ilícita del partido, de Bukele.
La denuncia de la gestión de Nuevas Ideas, en pandemia
El diario El Salvador denuncia que las últimas investigaciones periodísticas han descubierto la irregular gestión de fondos, en adquisiciones de emergencia, durante la pandemia. Compras hechas a empresas vinculadas a funcionarios o diputados aliados, adquisiciones con sobreprecio o contratos a parientes son algunos de los puntos que ensombrecen el manejo de fondos por parte del gobierno de Bukele, y se refuerza con la negativa de ministros y funcionarios de asistir al Legislativa a rendir cuentas.
El robo de votos para ganar las internas de NI
Archivos Confidenciales apunta en su noticia que Henry Flores se apropió de los votos de otros precandidatos. Su objetivo era ‘expulsar’ del camino hacia la Alcaldía de Santa Tecla a Jorge Aguilar, expresidente del FONAES. Henry Flores dijo ser el favorito en la ciudad de las colinas, sin embargo, un exdirigente del partido lo desmiente y afirma que su aparente triunfo es el resultado de un fraude orquestado por la cúpula. Tras la imposición de su candidatura, hay “mucha cola que pisar” y muchas “manos peludas” de por medio, al tiempo que asegura que la dirigencia de NI restó importancia a las múltiples acusaciones de corrupción y solvencia moral que pesan en su contra.
El oscuro pacto entre Bukele y las maras
Una investigación de El Faro descubrió, en septiembre, uno de los negocios más turbios de Bukele y Nuevas Ideas. Los pactos con las maras. Documentos oficiales del Ejecutivo registran desde junio de 2019 negociaciones del actual Gobierno con líderes encarcelados de la MS-13. A lo largo de los meses se pactó la reducción de homicidios y se discutieron beneficios carcelarios y apoyo electoral para Nuevas Ideas en 2021. El Faro obtuvo cientos de páginas de informes de inteligencia penitenciaria y libros de novedades de dos cárceles de Máxima Seguridad, que prueban encuentros del director de Tejido Social, Carlos Marroquín, y del director general de prisiones, Osiris Luna, con líderes pandilleros.
9F: el ‘golpe de Estado’ de Nuevas Ideas
Hace un año, el 9 de febrero de 2020, la democracia salvadoreña vivió uno de los capítulos más grises de su historia. Un llamado hecho a los diputados, por parte del consejo de ministros, para una sesión plenaria extraordinaria acabó en una militarización del Salón Azul de la Asamblea Legislativa y con el presidente Nayib Bukele sentado en la silla del presidente del Congreso, Mario Ponce.
El ingreso de miembros de la Fuerza Armada, con armas largas, a la Asamblea tenía como objetivo presionar a los legisladores para la aprobación de un préstamo negociado con el Banco Centroamericano de Integración Económica por $109 millones para la fase II del Plan Control Territorial, una de las principales apuestas del Ejecutivo para entonces. No se dio dicha aprobación, pero Bukele sí expresó que con el acto se evidenciaba “quien tiene el control”.
El acontecimiento fue calificado por académicos, políticos y miembros de sociedad civil como un Golpe de Estado fallido.
Miembros de NI, avergonzados de su partido
Una miembro de la Cúpula Nacional de Nuevas Ideas, Kriscia Fuentes, denunció en su cuenta de Facebook corrupción en la instancia donde ella pertenece, por parte de sus colegas del partido. “Como Consejera Nacional estoy en la obligación de cuidar a mi partido que le pertenece a la gente no a una estructura. Debido a esto, me ha llegado información de varios sectores que hay funcionarios favoreciendo con recursos del estado a sus cartas de diputados y alcaldes para las próximas elecciones […]”.
Externó que su partido político va por el rumbo de volverse más de lo mismo. Por todas estas situaciones de corrupción y violencia, los seguidores de Nuevas Ideas no votarán a su partido. Ellos no quieren ‘sostener’ a un grupo político, que se basa en actos ilícitos. El ridículo de NI ha llegado al punto en que los propios integrantes se avergüenzan de su partido.