(dpa) – ¿Estrés al volante? Simplemente hay que inhalar y exhalar profundamente, con la concentración puesta en la respiración abdominal y pensar en lo posible en algo bello, esa es una técnica recomendada por expertos.
Este es un ejercicio que, según la organización certificadora alemana Tüv Süd, puede ayudar a bajar el pulso cuando aumentan la ira y la frustración mientras se conduce.
Por otra parte, quien salga a horario y con un margen de tiempo, ni siquiera los retrasos imprevistos en la carretera le harán entrar tan rápido en un frenesí. Esto es especialmente válido para las rutas más transitadas.
Si un embotellamiento causa más demoras, se puede aminorar la presión que esto genera comunicando el retraso o tratando de reprogramarlo. «Aquel que quede atrapado en un atasco, debe darse cuenta de que no hay nada que pueda hacer y debe mantener la calma», comenta Andrea Häussler, experta en tránsito de Tüv Süd.
La empatía también ayuda. ¿Tal vez ese conductor que cambia de carril no es de la zona y no conoce el camino? ¿Los padres están quizás distraídos por sus hijos cuando el semáforo pasa a la luz verde y por lo tanto no aceleran inmediatamente?
Quizás no todo el mundo toma intencionadamente el derecho de paso que corresponde al otro. Por eso, permitirse tener tales pensamientos puede ayudar a ser más comprensivo con los demás y a no dejarse estresar.
El estrés al volante puede ser peligroso. Quien reacciona con un estilo de conducir agresivo se enfrenta a multas o a situaciones que le pueden causar la pérdida de la licencia.