(EP) – El presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha descartado por ahora imponer el toque de queda en el país para frenar la propagación del coronavirus pero ha indicado que está sopesando recurrir a las fuerzas de seguridad para que eviten aglomeraciones en las que puedan producirse contagios.
«Estamos contemplando la posibilidad de que las fuerzas de seguridad disipen aglomeraciones, pero no vamos a implementar un toque de queda, tal vez sí un toque sanitario como el que se aplicó en el interior», ha explicado este jueves el mandatario, según informa la agencia oficial Télam.
Fernández ha indicado que junto con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, con los que se ha reunido para analizar el aumento de contagios, seguirá de cerca la evolución de la situación sanitaria para evaluar la adopción de eventuales medidas.
Asimismo, en una entrevista en una emisora local se refirió también al problema de la costa Atlántica con el turismo, reconociendo que «Mar del Plata no la está pasando bien». «Vamos a dejar pasar el fin de año y a partir de la semana que viene vamos a mirar con lupa a ver cómo resolvemos esto», agregó.
El presidente argentino ha indicado que tiene la sensación de que «diciembre fue un mes de mucho relajamiento» en cuanto a las medidas de cuidado para evitar los contagios, lo que llevó a «reuniones sociales y marchas de distinto tipo y por distintos motivos, todas cosas que pudieron favorecer que el virus circule» al igual que «las fiestas clandestinas que se están promoviendo por las redes sociales».
«El problema no ha terminado», ha insistido. «Si vemos que la situación no afloja y el relajamiento sigue» el Gobierno analizará «de qué modo las fuerzas de seguridad y demás empiezan a actuar en las calles para disipar a la gente e impedir que esas aglomeraciones ocurran».