(dpa) – Por pura casualidad, Erika Micale, madre de dos hijos en Alemania, justo estaba tendiendo las camas cuando encontró el monedero de uno de sus hijos de por entonces 15 años y, en su interior, el poema de amor dedicado a un hombre.
«Me dirigí a él para tratar el tema, pero no quiso hablar conmigo sobre eso», cuenta hoy en día la mujer. A través de la maestra de religión, se enteró posteriormente que su conjetura era correcta. «Fue terrible que un extraño supiera más de mi hijo que yo», admite.
Muchos pensamientos empezaron a rondar por su cabeza. ¿Y si no podía tener un nieto por vía natural? ¿Y si su hijo era hostilizado en la calle o un empleador reaccionaba de manera negativa? Micale relata que ese momento fue difícil para ella.
Adiós a la imagen clásica de familia
«Incluso cuando hoy en día ya no es infrecuente que una persona salga del clóset, naturalmente que los padres desean otra cosa para sus propios hijos», explica la psicóloga alemana Carolin Barth.
Y analiza que la imagen clásica de familia con hijos y un trabajo que goza de reconocimiento está firmemente anclada en la cabeza. «Pero cuando un adolescente declara su homosexualidad, entonces esta imagen por primera vez se borra, al menos parcialmente».
Sin embargo, Barth asegura que se trata de una tontería, porque asimismo un homosexual puede tener hijos y también de manera natural.
«Los padres que inicialmente se sientan un poco irritados por la salida del clóset de su hijo pueden tomarse en serio sus -quizás contradictorios- sentimientos y pensamientos, preocupaciones y temores», afirma Hiltrud Liedtke, la asesora de la asociación Caritas para el obispado de Erfurt. Por lo tanto, asegura que es completamente apropiado buscar ayuda.
«Como asesora, en una situación semejante miraría con los padres qué es lo que piensan y los moviliza. Y buscaría caminos con ellos para que se mantengan en un contacto bueno, favorable y de apoyo para su hijo», apunta Liedtke.
El hijo no ha cambiado
Por ejemplo BEFAH, en la ciudad alemana de Hannover, también ofrece ayuda para los padres. Friedrich Himstedt forma parte del grupo de padres, amigos y familiares de homosexuales.
Opina que la información de que su hijo o hija «ama de otra forma» es muy importante para los padres. Y agrega que muchos primero necesitan tiempo para elaborar esta novedad.
Barth considera que en caso que a los padres les cueste una primera reacción ante esta salida del clóset, inicialmente tampoco deben forzarse.
Liedtke les recomienda que en un caso así se manejen como siempre. «Porque su hijo no ha cambiado. Solamente ama a una pareja de su mismo sexo».
Posteriormente, indica, resulta muy importante mostrarse abierto e interesado por el nuevo novio o novia. «En caso de un hijo o hija heterosexual, uno también lo haría», apunta Liedtke.
No buscar motivos
En cambio, lo que los padres deben evitar es buscar los motivos de la homosexualidad en ellos mismos. El solo hecho de que haya vestido a su hijo con ropa rosa no lo convierte en homosexual.
Micale se acuerda bien de cómo lloraba y pensaba entonces: ¿Por qué yo? ¿Qué hice mal? ¿Y qué hago ahora?
Desde la perspectiva actual, dice, ninguna de estas preocupaciones tenía sentido, pero en aquel entonces simplemente no sabía cómo manejar la situación de la mejor forma.
Buscar ayuda de terceros
Un motivo más para que los desbordados padres busquen ayuda de afuera y hablen con una persona que no se encuentra involucrada. En el caso de Micale, fue la maestra de religión de su hijo quien le recomendó que lo aceptara, porque él la necesitaba.
Liedtke opina que por supuesto que esto también depende de la edad y la situación de vida del menor: «Un joven de 15 años que le cuenta a sus padres que le gustan los chicos posiblemente necesite más apoyo, ánimo y contención que un adulto».
Y señala que, aún hoy en la sociedad ilustrada actual, es mucho más fácil ser heterosexual.
Para Micale fue muy importante intercambiar con otros padres luego de enterarse de la homosexualidad de su hijo. «Entonces no te sientes tan solo. Uno se da cuenta de que hay muchos en la misma situación. Y eso ayuda», reflexiona.
Por Suria Reiche (dpa)