Wolfsburgo (Alemania), 2 sep (dpa) – El actual director ejecutivo de Volskswagen, Martin Winterkorn, seguirá previsiblemente al frente de la compañía automovilística hasta finales de 2018, informó hoy la empresa alemana.
La presidencia del consejo de vigilancia propondrá cerrar un nuevo contrato con Winterkorn, de 68 años, explicó el mayor fabricante de automóviles de Europa. El actual contrato de Winternkorn, el directivo mejor pagado del Dax alemán, concluía a finales de 2016.
«Continuaremos con Martin Winterkorn en la cúpula el exitoso camino emprendido los últimos años y llevaremos a cabo consecuentemente los objetivos de la estrategia 2018», explicó el jefe interino del consejo de administración, Berthold Huber.
Con la recomendación de la presidencia de la auotomotriz alemana, la aprobación del consejo de administración el 25 de septiembre se da casi por segura.
Ya en abril, el consejo de vigilancia -formado por miembros de las familias Piëch y Porsche, accionistas, autoridades regionales y sindicatos- había respaldado a Winterkorn en su disputa con el antiguo patriarca de Volkswagen Ferdinand Piëch, e incluso propuso prolongar su contrato más allá de 2016 para que siga dirigiendo la empresa «de forma tan activa y exitosa como hasta ahora».
Fueron semanas de muchas turbulencias entonces, donde las especulaciones, declaraciones cruzadas, desmentidos y filtraciones varias se sucedieron sin pausa hasta que todo terminó con el anuncio por sorpresa de la dimisión de Piëch a finales de abril.
Las inquinas personales y las posibles alianzas secretas para derrocar supuestamente a Winterkorn, desde que Piëch anunciara que se había «distanciado» del mismo, acabaron haciendo insostenible la situación.
Con la prorroga del contrato de Winterkorn, ahora queda aún buscar al nuevo presidente de la justa de administración, que ocupa de manera temporal Huber.
La persona que resulte elegida deberá tomar el control de la compañía junto a Winterkorn en un momento en el que Volkswagen tiene que hacer frente a las turbulencias en el mercado chino y a la caída de las ventas en Estados Unidos, que fue uno de los argumentos de Piëch para criticar el trabajo de Winterkorn.