(dpa) – El viento es frío durante el otoño en Hanoi, la animada capital de Vietnam, y con las temperaturas frescas un manjar local se abre paso en los mercados de comida callejeros, donde a los vietnamitas se les hace la boca agua con el «Cha Ruoi», una tortilla preparada a base de huevos y gusanos.
Se trata de un plato que también atrae a los habitantes de otras partes del país. Es la estrella en el animado casco antiguo de Hanoi, donde se suceden los puestos de comida callejera, una multitud de motos pasa de largo y la gente se sienta en pequeños taburetes de plástico para deleitarse con este y otros platos locales.
Aparte de recipientes con especias, los platos y las ollas, en otoño también hay contenedores por todas partes. En ellos retozan cientos de gusanos rojizos y verdes.
Los gusanos marinos llamados palolo miden unos cinco centímetros y primero deben ser cocinados para que pierdan sus pequeños tentáculos y su sabor a pescado.
El restaurante Cha Ruoi Hung Thinh en el famoso barrio antiguo es muy popular. Allí cocinan sin para esta especialidad en octubre y noviembre y luego la apilan a la vista.
Nguyen Thi Lan recorrió diez kilómetros con varios amigos para almorzar aquí. «Oigo hablar de este restaurante desde hace años, pero es la primera vez que vengo», cuenta el hombre de 38 años.
«La Cha Ruoi es deliciosa y única, y además por ocho personas solo pagamos 700.000 dong vietnamitas (casi 30 dólares)», añade.
La preparación del plato tiene como fase previa la cocción de los gusanos, que se mezclan con piel de mandarina, hierbas, carne de cerdo picada y huevos antes de pasar a la sartén con aceite muy caliente. El resultado es una tortilla muy condimentada y rica en proteínas con un sabor que recuerda ligeramente al caviar.
El ingrediente principal es casi indetectable, ya que se fusiona con los demás. El Cha Ruoi se sirve con fideos de arroz y salsa de pescado agridulce y es acompañado con un vaso de té helado.
El restaurante Cha Ruoi Hung Thinh existe desde hace más de 30 años. «Mi abuelo abrió el restaurante en 1986, lo heredó mi madre y cuando ella se hizo mayor me pidió que me hiciera cargo de él», relata Bui Thi Nga, de 40 años, que tiene un título universitario y anteriormente trabajó como oficinista.
«Hago esto porque quiero preservar un plato tradicional de Hanoi para las generaciones futuras», prosigue, a la vez que explica que la tortilla es especial porque los gusanos no se encuentran durante todo el año. «Solo aparecen en ciertas épocas, debido al calendario lunar», aclara.
En Vietnam, estas nereidas solo aparecen en masa en la superficie del mar durante unos pocos días del otoño boreal, ya que el periodo de reproducción está relacionado con el ciclo lunar. Ese es el momento de cosechar los gusanos.
En el pasado, la gente solía meterse en el agua con redes para recogerlos a mano. Desde hace unos años, algunos agricultores comenzaron a introducir los gusanos en pequeños lagos y campos de arroz. Cuando surgen del terreno fangoso, pueden ser recolectados fácilmente.
Aademás de las tortillas de gusanos, en Vietnam hay otros alimentos muy exóticos en los menús. Por ejemplo, la ensalada de gusanos de seda, los grillos fritos o los huevos de pato fecundados.
Pero para muchos la Cha Ruoi sigue siendo el plato favorito de la temporada. Gracias a Nga y a otros chefs de Hanoi, este manjar probablemente seguirá existiendo durante mucho tiempo.
«Me encantan los gusanos», enfatiza la propietaria del restaurante, mientras cierra la tienda después de una larga jornada sirviendo tortillas por encima de la barra.
Por Chris Humphrey, Bac Pham y Carola Frentzen (dpa)