Heidenau/Berlín, 28 ago (dpa) – Los recientes ataques de la extrema derecha contra un centro de refugiados en la pequeña ciudad sajona de Heidenau llevó hoy a las autoridades locales a prohibir el derecho de reunión ante la imposibilidad de velar por la seguridad de los residentes, decisión que desató numerosas críticas en todo el país.
«Las fuerzas de seguridad disponibles no están en posición de hacer frente a la situación», explicó en un comunicado la administración del distrito al que pertenece la ciudad el jueves por la tarde, poco después de que grupos alemanes de izquierda anunciaran su intención de organizar una fiesta para dar la bienvenida a los refugiados.
Sin embargo, la Justicia alemana dictaminó hoy en un recurso de urgencia que es «aparentemente ilegal» dicha prohibición. al no poder probarse de manera suficiente el «estado de emergencia policial». La administración del distrito contestó presentando a continuación un recurso contra esta decisión.
La pequeña localidad de 15.000 habitantes, próxima a Dresde, se encuentra desbordada ante los enfrentamientos y el odio que se respira estos días en sus calles. Los altercados del pasado fin de semana se saldaron con al menos 30 policías heridos y las fuerzas de seguridad temen que este fin de semana vuelvan a repetirse.
La canciller alemana, Angela Merkel, prometió a Heidenau todo el apoyo del Estado. «Si bien es verdad que en último término es la policía quien tiene que decidir, el Estado hará todo lo que pueda para ayudar y apoyar a la policía sajona», aseguró la líder cristianodemócrata.
«El ministro de Interior, Thomas de Maizière, se ha comprometido a analizar cómo podemos apoyar allí a las fuerzas de seguridad», agregó la mandataria germana.
A pesar de la prohibición del derecho a reunirse, el ministro regional del Interior, Markus Ulbig, dio permiso para que tuviera lugar la fiesta de bienenida en el centro de refugiados de Heidenau, que comenzó hoy por la tarde. No así el resto de manifestaciones como la convocada por los grupos de extrema derecha contrarios a la acogida de refugiados en la región.
«No puede haber ni un centímetro en esta República en donde los radicales de la derecha decidan por donde ir», afirmó Cem Özdemir, presidente del partido de Los Verdes, en la fiesta de bienvenida en donde se le pudo ver repartiendo limonada.
Özdemir fue uno de los primeros en criticar la decisión de las autoridades locales y anunciar su intención de ignorar dicha prohibición y acudir a Heidenau.
El político se negó a aceptar que existan zonas en Alemania, como en el estado federado de Sajonia, donde se «recule ante la presión de los radicales de la derecha», explicó en la televisión pública alemana ARD.
«Tampoco es aceptable que el gobierno de Sajonia diga: ‘No tenemos suficientes policías'», agregó Özdemir, al mismo tiempo que indicó que seguramente otros estados federados estarían dispuestos a ayudarles.
Junto a él, el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, criticó también la decisión de la ciudad. «No entiendo esta decisión para nada», aseguró. «Entiendo que no se permita a los nazis actuar», aseguró, pero que no se permita reunirse a las personas que defienden la democracia y que son ciudadanos pacíficos «no es comprensible».
«No hay razón alguna para tratar a los dos grupos por igual», indicó. «Unos son parte de los violentos y criminales y los otros son personas con coraje civil», agregó. «El Estado no debe retroceder», resaltó.
Por Martin Fischer y Almudena de Cabo