Berlín, 26 ago (dpa) – «Escoria de la derecha», «actos repugnantes», «gentuza neonazi», son sólo algunos de los calificativos elegidos por los políticos alemanes tras los últimos ataques de la extrema derecha a centros de refugiados en el este del país y que han originado un acalorado debate de la «vergüenza».
Junto con las duras palabras para condenar los actos neonazis, los políticos se afanan esta semana en dejar claro que éstos son minoría y que la mayoría de los ciudadanos promueven la conocida como «cultura de bienvenida».
Pero como escribió el martes el diario alemán «Süddeutsche Zeitung» en una columna, «Alemania es un país dividido» en cuestiones como cómo lidiar con los refugiados. «Detrás se esconde un conflicto fundamental sobre el carácter de la sociedad».
Los estados federados alemanes, desbordados hace tiempo por las numerosas solicitudes de asilo, llevan meses reclamando una mayor acción y ayuda económica desde el Estado central para hacer frente a la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.
Con el tema de la crisis griega acaparando el tiempo y energía de los políticos, el grave asunto de los refugiados quedó relegado a un segundo plano hasta que se aprobó el tercer rescate de ayuda financiera a Atenas y la propia canciller Angela Merkel reconoció la seriedad de la situación.
«La gestión de la gran cifra de refugiados ocupará a la Unión Europea (UE) en breve más que Grecia o la estabilidad del euro», aseguró en una entrevista reciente concedida a la televisión ZDF.
El fin de semana el tema les explotó en la cara con el ataque contra un centro de refugiados en la localidad sajona de Heidenau dos días seguidos, que acabó con más de 30 policías heridos.
La canciller alemana se convirtió en el centro de todas las críticas por su falta de acción y su silencio durante largo tiempo, mientras la extrema derecha se hacía fuerte, sobre todo, en el este del país, una zona aquejada de elevadas tasas de desempleo y donde se han registrado 59 ataques contra refugiados en lo que va del año.
Mientras Merkel aseguró que «es repugnante cómo extremistas de la derecha y neonazis intentan extender sus mensajes de odio», el vicecanciller Sigmar Gabriel no dudó en llamarlos «escoria de la derecha» y el presidente del Parlamento alemán, Norbert Lammert, lo calificó de «vergüenza» para el país.
Sin embargo, los expertos reclaman menos palabras y más hechos. «Las declaraciones llegan demasiado tarde», declaró el experto en extremismo Hajo Funke en la cadena pública alemana ARD.
«La vergüenza está en que la policía y la política falló en Sajonia durante dos días», agregó el experto que recordó lo sucedido hace más de 20 años en Rostock, cuando extremistas de derecha sitiaron un albergue de asilados vietnamitas, que terminó por arder ante la mirada de unos 3.000 vecinos. Muchos de ellos aplaudieron entusiasmados lo que ocurría.
De acuerdo con el politólogo Werner Patzelt, la xenofobia seguirá en aumento a la vista del enorme número de refugiados que se espera que este año alcance la cifra récord de 800.000.
«Teniendo en cuenta lo sucedido en Heidenau debemos temer lo peor», aseguró a dpa, al mismo tiempo que criticó a la política no haberse ocupado del tema de manera adecuada. «Al final se ha dado vía libre al NPD (partido de extrema derecha alemán)».
«La mayoría de los sajones se identifican en gran medida con su estado federado y quieren volver a recuperar el buen estado de la época anterior a la extinta República Democrática Alemana (RDA) y de los nazis. Sin embargo, la inmigración se cruza en su camino», explicó.
Para la prestigiosa revista alemana «Der Spiegel», el drama de los refugiados ha sacado a la luz la habilidad de los alemanes para buscar culpables en otro lado.
«Cuando se trata de buscar culpables para el problema actual de los refugiados, los alemanes son realmente buenos», aseguró la revista en un comentario bajo el título «La huida de Alemania de la verdad».
En primera posición se encuentra la Unión Europea, la canciller alemana y los otros políticos. «No se ocupan lo suficiente del tema, no muestran empatía alguna, están sobrepasados, son caóticos».
Después estarían los otros europeos que no se ocupan de los refugiados, los criminales que hacen negocio transportándolos a otros países y por último, el electorado alemán.
Afganistán, Siria, Libia, los Balcanes…la lista podría continuar indefinidamente, señaló. «Naturalmente Europa o un país como Alemania no puede solucionar todos los problemas de este mundo, pero no podemos quejarnos del caos de los refugiados y al mismo tiempo cerrar los ojos a los problemas del mundo», escribió la publicación.
De momento, Merkel deberá intentar calmar las aguas en Sajonia en su visita el miércoles al centro de refugiados de Heidenau, una visita que al socialdemócrata Gabriel le costó el martes a él y a su partido (SPD) ser objeto del odio de la extrema derecha.
Por Almudena de Cabo