(dpa) – «Drive-by-Wire», «Connectivity» o «User Experience» son conceptos que hasta hace poco no figuraban en el diccionario de las automotrices, pero de pronto pisan con fuerza en el sector e impactan tanto en los nuevos diseños como en la vida media útil de cada modelo. «Es que en las últimas décadas los ciclos de innovación se acortaron drásticamente», explica el experto alemán Hans-Georg Marmit, de la organización de peritos en vehículos KÜS.
Los autos nuevos nunca envejecieron tan rápido como hoy. La industria incorpora permanentemente innovaciones, la digitalización ya no se detiene y la revolución tecnológica es constante. Además, ante el desarrollo de modelos eléctricos cabe preguntarse cuántos años de vigencia tendrán los vehículos fabricados hoy.
Mayor durabilidad
No hay de qué preocuparse, dicen las automotrices. «En el 2020 un Audi será desarrollado a partir de los mismos estándares de duración y durabilidad que en los noventa», comenta el portavoz de la compañía Udo Rügheimer, quien incluso opina que los clientes hoy están mejor posicionados que antes. «No importa si se trata de la fundición o de la aleación del motor, del revestimiento para evitar desgastes mecánicos o la pintura, todo lo referido a la calidad de los materiales parte de una base que se encuentra en una mejora permanente gracias a la experiencia acumulada durante décadas», enfatiza.
Entretanto también se han incorporado tecnologías que no requieren de mantenimiento en algunos componentes como los faros, que ahora son LED, apunta Rügheimer, añadiendo que los materiales plásticos también son más resistentes al paso del tiempo. «Y en caso de que se llegara a estropear algo, Audi asegura la entrega de repuestos durante al menos 15 años», sostiene. Los clientes de Audi pueden estar seguros, al menos durante ese lapso.
Electromovilidad también implica menor desgaste
Algunos proveedores del rubro, como Continental, también están convencidos de que la vida útil media de los nuevos diseños será larga. «Si pensamos en vehículos utilizados en forma privada, hay buenas chances de que en el futuro la vida media sea incluso mayor», comenta el portavoz Enno Pigge, que explica de inmediato por qué cree en esa evolución: la electromovilidad, sostiene, reduce el desgaste al tener menos componentes móviles.
Suma además otros dos aspectos: Por un lado, «las plataformas electrónicas están basadas cada vez más en estándares compatibles entre sí, incluso entre una generación y la otra» y, por otro, una vez cerrada la producción de componentes, la impresión 3D posibilitará el acceso a repuestos nuevos mucho tiempo después de finalizada la producción de una serie.
La batería, ¿un gran misterio?
Así como el motor eléctrico sufrirá un menor desgaste, la batería será el gran terreno de lo desconocido, comenta Marmit. Sin embargo, Christian Buhlmann, portavoz de Volkswagen, observa que la primera generación de modelos híbridos y eléctricos demostró que la durabilidad de los componentes es similar a la de los autos convencionales. Por otro lado, si la batería se vuelve obsoleta, no tiene por qué afectar a todo el vehículo, dice Marmit. «Para eso las baterías se pueden cambiar y suelen ser ofrecidas por separado a la hora de alquilar un coche.»
El hecho de que crezcan las redes también es una gran ventaja, opina Bulhmann. Gracias a Apple Carplay o a Android Auto y a una conexión directa a Internet, el auto puede beneficiarse de las nuevas aplicaciones y funciones a la misma velocidad que un teléfono móvil. La estructura electrónica de los nuevos vehículos está programada de tal manera que puedan hacerse actualizaciones a través de un móvil y sin acudir al taller. «Eso permite implementar nuevas funciones aunque hayan pasado varios años desde la compra del auto.»
A pesar de todas estas ventajas, el experto Marmit teme que la vida útil se reduzca inexorablemente. «Habrá cada vez más dispositivos y funciones y muchos no se podrán instalar a posteriori», señala el perito. «Quien quiera disponer de los últimos avances tecnológicos, tendrá que comprar un coche nuevo», observa. «Pero eso siempre fue así y es lo que ha mantenido a la industria en marcha».
Por Thomas Geiger (dpa)