(dpa) – La ciudad alemana de Coblenza quiere revivir el que fuera uno de los mayores complejos de fortalezas de Europa. Una veintena de fortalezas, recintos amurallados y fuertes formaron en su día un anillo de 14 kilómetros alrededor de la ciudad, ubicada en la confluencia de los ríos Rin y Mosela.
Con el paso de los años parte de esas edificaciones se fueron destruyendo, en parte fueron utilizadas para otros fines, mientras que otros restos acabaron cubiertos por las zarzas. Ahora Coblenza quiere restaurar, entre otros, los puntos que servían de protección mutua de los edificios.
También se está considerando que una vez restaurados estos edificios se puedan organizar eventos culturales como representaciones teatrales con un trasfondo histórico.
Además de la Fortaleza de Ehrenbreitstein, que siempre ha sido utilizada para propósitos de muy diversa índole, también se puede dar una nueva vida a otras murallas. Por ejemplo, desempeñarán un papel importante en la Exposición de Horticultura de 2029 en el Valle Superior del Medio Rin, declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, entre Coblenza y Bingen.
Se trata de un proyecto a muy largo plazo. El resurgimiento de todo el complejo de fortalezas de Coblenza es una tarea que puede durar toda una generación, señala el jefe de la Agencia de Desarrollo de Renania-Palatinado, Rainer Zeimentz.
Y se cree que el proceso no estará exento de sorpresas, como lo fue el hallazgo que se hizo en la fortaleza del Kaiser Francisco.
«Nadie esperaba que se conservara el polvorín subterráneo de guerra, probablemente el último en Coblenza», indica el responsable del proyecto, Michael Karkosch. Habrá que asegurar y renovar antes de abrir a las visitas guiadas ese pequeño mundo de pasajes subterráneos.
Antes de que acabe este año se espera que esté finalizado el nuevo Parque de la Fortaleza del Kaiser Francisco. Por dentro se podrá visitar cuando estén renovadas por completo en el futuro las dos secciones del edificio que se conservan. Ahora corren el peligro de derrumbarse.