(dpa) – Los teléfonos inteligentes son teléfono, cartera, sistema de navegación, fuente de noticias, servicio de mensajería, así como reproductor de música y vídeos al mismo tiempo.
Si se les acaba la batería, las consecuencias pueden llegar a ser fatales. Las baterías externas o cargadores portátiles proporcionan ayuda rápida, y están disponibles en formato de bloque plano o cilíndrico.
«Con una batería externa se pueden cargar todos los dispositivos que son alimentados a través de un puerto USB, es decir, teléfonos inteligentes, cámaras, auriculares o incluso lámparas de bicicleta», explica Holger Krumme, experto de HTV, centro líder en Alemania de pruebas para componentes electrónicos.
Krumme examinó en detalle las distintas baterías externas existentes en el mercado y descubrió, entre otros, que los datos sobre la capacidad disponible a veces se desviaban mucho del rendimiento real de los dispositivos.
La capacidad de las baterías externas se indica en miliamperios-hora (mAh); los cargadores portátiles están disponibles con capacidades de unos 1000 a 30 000 mAh.
«Los productos chinos de marca blanca ofrecen a menudo cifras astronómicas con capacidades de hasta millones de miliamperios-hora, lo que es técnicamente imposible si se tiene en cuenta el tamaño de los cargadores», advierte Krumme.
Según el experto, las pruebas de laboratorio también han demostrado que las baterías portátiles de fabricantes dudosos a veces no llegan a más del uno por ciento del rendimiento prometido, lo que no es de extrañar, ya que algunos cargadores no sólo llevaban en su interior celdas de batería, sino también placas de metal o incluso arena.
Por este motivo, Krumme aconseja ser particularmente cuidadoso a la hora de comprar productos a precios muy bajos y cifras técnicas demasiado altas.
«Los cargadores que se ofrecen en el comercio tienen capacidades entre 15.000 y 20.000 mAh, lo que permite recargar un teléfono inteligente varias veces. Su precio oscila entre los 30 y 50 euros» (entre 33 y 55 dólares estadounidenses aproximadamente), estima Krumme, y añade que entre los fabricantes de marcas conocidas se encuentran Anker, Aukey, Intenso y Powercore.
Las baterías portátiles de mayor tamaño también pueden ser usadas como ayudas de arranque para los coches, aunque a menudo no son más grandes que dos móviles uno encima del otro.
«En el sector del automóvil se conocen como impulsores de batería, y suelen utilizarse, entre otros, para vehículos de camping o turismos entrados en años con una red de a bordo de doce voltios», señala Holger Ippen, de la revista especializada «Auto Zeitung». También en este caso, el experto aconseja la compra de productos de marca.
«Proveedores como Dino, Kunzer o incluso Einhell ofrecen impulsores de batería a precios de entre 80 y 100 euros que pueden ser empleados en todo tipo de vehículos», señala Ippen. Al estar equipados con varias salidas de alimentación USB, también sirven como fuente de alimentación simultánea para ordenadores portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes.
Ippen advierte que las ofertas baratas a menudo no tienen una electrónica fiable. Si se utilizan como ayuda para poner en marcha un vehículo, hay que tener en cuenta que, en el momento del arranque, fluye hacia el arrancador mucha energía con intensidades de dos a cuatro amperios.
«Si el dispositivo no tiene protección de polaridad inversa y contra cortocircuitos, su uso puede ser peligroso», repara Ippen. La polaridad incorrecta podría destruir las unidades de control del coche. «En el peor de los casos, se pueden producir chispas o fuego, por ejemplo, si la batería del coche ya estaba defectuosa».
Esto también puede ocurrir con cargadores portátiles más pequeños equipados con componentes de calidad inferior. «Un indicio de peligro es, por ejemplo, que la batería se hincha, lo que lamentablemente no siempre es visible desde el exterior», explica Krumme.
El experto añade que otra señal de alarma es el sobrecalentamiento, y aconseja: «No volver a conectar el dispositivo a la red eléctrica bajo ninguna circunstancia».
También es importante que la batería externa cuente con una protección contra descarga profunda. «Este bloqueo electrónico evita que la batería se descargue completamente, lo que podría llevar a la destrucción de la misma», indica Krumme.
Explica que, si se conecta a la toma de corriente una batería portátil completamente descargada, se puede producir una fuerte acumulación de calor que, en el peor de los casos, puede causar una combustión espontánea. Por cierto, si una batería externa se prende fuego, no se recomienda tratar de extinguirlo, sino esperar a que se apague.
El marcado CE (Conformidad Europea), con el que los fabricantes garantizan que se cumplen las normas europeas de calidad y seguridad, ofrece protección contra los productos de baja calidad. En algunos productos baratos, sin embargo, CE es sólo una abreviatura del símbolo no oficial China Export.
«Así hacen creer a los clientes que se trata de un producto compatible con la normativa CE», advierte Krumme.
Visiblemente, la diferencia entre los símbolos de Conformidad Europea y China Export es muy sutil, y está dada solamente por el espacio entre la «C» y la «E»: en la variante china, la distancia entre las letras es significativamente menor.
Por Claudius Lüder (dpa)