La etapa de la universidad es única e irrepetible, pero no hay olvidar que, en un mundo tan competitivo y conectado, se deben adquirir unas capacidades específicas para tener éxito una vez finalizados los estudios. Estas son las 10 cosas que todo universitario debe saber
El acceso a la universidad coincide con una etapa vital llena de cambios, pues gran parte de estudiantes accede a ella a los 18 años, recién estrenada su mayoría de edad. En este escenario de cambio, muchos son los estudiantes que deben trasladar su residencia para cursar los estudios que desean.
En ese momento, muchos estudiantes idealizan la universidad, dejandose llevar por películas americanas donde todo es fiesta y amores. Hay de todo en su justa medida, pero lo que no se debe perder de vista es el objetivo principal: aprobar curso a curso y terminar los estudios para tener un buen futuro.
1.El papel de los profesores
Los profesores de la universidad nada tiene que ver con los del instituto. No son tus padres ni van a responsabilizarse ni a preocuparse de si has hecho las tareas o vas estudiando poco a poco. Cada uno es responsable de su propio trabajo. Los universitarios son adultos y se les trata como al, así que toca madurar y aprender a organizarse.
2.La autogestión
Por el motivo anterior, la autogestión es fundamental, sustentado, por ejemplo, en conocer las fechas importantes en la universidad(exámenes, trabajos individuales, exposiciones, trabajos en grupo, TFG, TFM y Tesis…) La planificación debe ser semanal, así como la capacidad para ir organizándose en razón de lo que se tarda para cada tarea.
3.Variedad de compañeros
Los estudiantes de la universidad se definen por la variedad y esto puede resultar muy interesante para crecer como persona. Eso no evita que, al llegar, acostumbrado al ambiente del instituto, puede chocar encontrarse con compañeros de 50 años. Y es que ni todos los estudiantes de primer curso tienen 18 años ni todos llegan desde selectividad. Hay muchas vías de acceso, como los ciclos formativos de grado superior, la prueba de acceso de más de 25 años o la de más de 45 años… Por eso el ambiente universitario es muy diverso.
Pero esta diversidad no solo se limita a la edad, la variedad de orígenes suma. En las universidades se convive que estudiantes de otros países, un hecho que contribuye al enriquecimiento cultural. Así que, para entrar con buen pie, lo mejor será tener una mirada inclusiva y tolerante.
4.Tener en cuenta los turnos de tarde
Los turnos de tarde no son los más codiciados, pero eso no quiere decir que no puedan ser una gran opción. De hecho, si poder descansar, dormir y la tranquilidad son una prioridad, el turno de tarde es el más conveniente. Los grupos son más reducidos, no hay que madrugar y se evita coger en transporte público en hora punta. Eso sí, habrá que organizarse para que cunda la mañana y no se vaya el día en un abrir y cerrar de ojos.
5.Participar de la vida social de la universidad
Ir a la universidad no es solo asistir a las clases, para conseguir integrarse y vivir una experiencia plena hay que participar de otras actividades. Charlas, salidas, conferencias, actividades deportivas… todas son oportunidades únicas que solo se pueden vivir en esta etapa.
Salir de fiesta también es importante, en su justa medida y sin perder el norte. Hincar los codos y sacar el curso es prioritario, pero hay que desconectar, cuidar la salud mental y reservar un poco de tiempo para el ocio. En los entornos universitarios, nunca faltan propuestas para divertirse, así que hay que buscar el equilibrio.
6.Hay vida más allá de la universidad
Así es. Ni todo el mundo va a la universidad, ni todo el que llega sale graduado y no es el fin del mundo. Hay que saber si realmente se está hecho para ello, y no siempre se puede saber antes de ir e intentarlo. Hay quien tiene muy clara su vocación antes de llegar, hay quien llega porque es lo que toca, sin preguntarse mucho más, por esto, no todos terminan sus estudios.
Del primer grupo, los que lo tienen claro, también hay casos en los que se encuentran con que no es lo que esperaban, y no pasa nada, no hay que dramatizar. Del mismo modo, del segundo grupo, hay quienes descubren su vocación tardía y terminan con éxito.
Hay que tener claro que, aunque la universidad es la opción formativa que sigue contando con más prestigio social, existen otras vías igualmente válidas. De hecho, la FP actualmente cuenta con unos índices de inserción laboral más positivos que los grados universitarios. En este sentido, los reclutadores de las empresas consideran que los contenidos de los planes de estudios universitarios no siempre están relacionados con la actividad laboral cotidiana.