Berlín, 18 ago (dpa) – La votación de la nueva ayuda a Grecia el miércoles en el Parlamento alemán volvió a dejar al descubierto estos días el creciente rechazo que los rescates financieros generan entre los diputados de la fracción conservadora de la canciller alemana, Angela Merkel, que deberá luchar por contener a los rebeldes.
Tras años de crisis griega, cada vez son más las voces en las filas de Merkel que rechazan continuar apoyando al gobierno Atenas, al que acusan de no cumplir con lo acordado y no aplicar las reformas necesarias para salir de la crisis.
«Creo que tras sopesar todos los puntos de vista es la dirección correcta», aseguró el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, el lunes en una entrevista con la televisión alemana ZDF, en un último intento por sofocar la oposición.
Los diputados alemanes fueron llamados a interrumpir sus vacaciones para acudir a una sesión extraordinaria para dar luz verde a un crédito de hasta 86.000 millones de euros (95.160 millones de dólares) para Atenas.
Merkel y Schäuble no dudan de que el acuerdo saldrá adelante con el apoyo de su socio en el poder, el Partido Socialdemócrata (SPD), y de Los Verdes, donde apenas hay oposición. Lo que desconocen es cuántos de sus diputados decidirán hacer oídos sordos a su recomendación de decir «sí» a la ayuda.
En la última votación del 17 de julio, el Bundestag dio permiso al gobierno alemán para negociar el tercer rescate financiero heleno desde 2010. Entonces, 60 diputados de los 311 de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y de su partido hermanado, la Unión Cristianosocial (CSU) votaron no. La cifra más alta registrada nunca antes.
La oposición entre los conservadores ha ido creciendo exponencialmente con los años. En mayo de 2010, sólo cuatro diputados de la Unión (CDU/CSU) votaron en contra. Posteriormente, 13 miembros de sus filas dijeron no al segundo paquete votado en febrero de 2012, 12 se opusieron a aumentar el paquete en noviembre de 2012 y 29 rechazaron prorrogar el paquete de ayuda en febrero de 2015.
La votación ha abierto todo un debate en los medios de comunicación alemanes que apuntan a que se trata también del prestigio de la canciller y llevó al presidente de la fracción de la Unión, Volker Kauder, a amenazar con represalias a los disidentes.
«La falta de unidad en la votación de la fracción de la Unión muestra que la orientación pro europea de la Unión, en la que se podía confiar en los tiempos del canciller Helmut Kohl, ya no está tan clara bajo el liderazgo de Merkel», indicó a la revista germana «Der Spiegel» el especialista en temas de política exterior del SPD Niels Annen.
«Si un cuarto o un tercio de la Unión vota en contra se habrá puesto fin a la vena política europea», afirmó el vicepresidente de la fracción del SPD, Axel Schäfer. «La crisis en la eurozona se ha convertido en una crisis europea de la Unión», agregó.
La mandataria alemana y Schäuble llevan tiempo inmersos en una intensa campaña a favor del sí e intentar acabar con dudas como la de si el Fondo Monetario Internacional (FMI) participará finalmente en el rescate, un punto clave para muchos diputados.
Hasta el momento, el organismo presidido por Christine Lagarde no ha querido posicionarse claramente al respecto a pesar de haber participado en las negociaciones del acuerdo.
«Estoy completamente seguro de que el FMI participará en este programa, algo que hemos calificado de imprescindible», explicó Schäuble, al mismo tiempo que aseguró que puede entender que haya diputados en contra de la ayuda griega, pero a los que podría decir, sin embargo, por qué él cree que es la decisión correcta votar a favor.
También la canciller alemana aseguró el domingo en una entrevista con el mismo canal que no duda que el FMI participará en el rescate. No obstante, el organismo reclama aliviar «notablemente» la deuda griega y planea tomar una decisión al respecto en octubre cuando se lleve a cabo el primer análisis del nuevo programa de ayuda para Atenas.
La falta de claridad sobre la entrada del FMI en el rescate hace temer un incremento de la oposición en el Bundestag respecto a la pasada votación.
«No podré apoyarlo», explicó el parlamentario conservador Hans Michelbach. «Soy un empresario formado. Puedo leer los balances y queda claro que no se podrá alcanzar un nivel sostenible de deuda».
Por Almudena de Cabo