Erfurt (Alemania), 5 feb (dpa) – El apoyo del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) resultó hoy clave para la elección de un primer ministro por primera vez en la historia de Alemania, en un punto de inflexión que podría sumir a la gran coalición de Gobierno en una nueva crisis.
El candidato del Partido Liberal alemán (FDP) Thomas Kemmerich fue elegido de manera sorprendente como nuevo primer ministro del estado federado de Turingia en la tercera ronda de votaciones gracias al apoyo de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y de la AfD.
«Es la primera vez en la historia de la República Federal Alemana que un primer ministro ha sido elegido para el cargo con los votos de la AfD», comentó tras el nombramiento el politólogo André Brodocz a la cadena pública MDR.
La votación entre Kemmerich y Bodo Ramelow, del partido La Izquierda y primer ministro saliente, estuvo muy disputada. Ramelow obtuvo 44 votos, mientras que el nuevo primer ministro salió elegido por tan solo un voto de diferencia con 45 votos.
La colíder del Partido Socialdemócrata (SPD), Saskia Esken, criticó a la CDU y al FPD, a quienes consideró responsables de una elección amañada de antemano. Según la política, existen «preguntas urgentes» que la CDU deberá aclarar en el seno de la coalición de gobierno.
Kemmerich recibió los votos de la CDU y la AfD, liderada en la región por Björn Höcke, fundador del ala más radical del partido cuya existencia está clasificada por la Oficina de Protección de la Constitución como un caso sospechoso de extremismo de derecha.
Después de la sorprendente elección, el FDP inicialmente no presentó un nuevo gobierno. El nombramiento de los ministros anunciado para hoy mismo fue pospuesto.
El SPD y el Partido La Izquierda acusaron inmediatamente a la CDU y al FDP de una ruptura inexcusable del dique de contención político levantado en torno a los ultraderechistas.
«Lo que pasó en Erfurt no fue una coincidencia, sino algo premeditado», escribió el vicecanciller Olaf Scholz en Twitter, quien también dejó claro que la cooperación con la AfD de Höcke era «absolutamente inaceptable» para los socialdemócratas.
El otro colíder del SPD, Norbert Walter-Borjans, escribió en la misma red social: «El hecho de que los liberales sean los testaferros para que los extremistas de derecha se hagan con el poder es un escándalo de primer orden».
Los cristianodemócratas, por su parte, abogaron por repetir las elecciones regionales. «No veo una base estable para el nuevo primer ministro y por ello creo que hay que considerar si la convocatoria de unas nuevas elecciones no sería la mejor solución», dijo la presidenta de los conservadores, Annegret Kramp-Karrenbauer.
El presidente del FDP, Christian Lindner, descartó categóricamente cualquier cooperación con la AfD. «El FDP no negocia ni coopera con el AfD. No hay base para la cooperación», fue categórico.
Lindner llamó a la CDU, SPD y a los Verdes de Turingia a que aceptaran la oferta de conversaciones hecha por Kemmerich. Opinó que en caso de negarse sería necesaria la convocatoria a comicios.
La líder de Los Verdes, Annalena Baerbock, pidió a Kemmerich que renunciara inmediatamente.
Por otro lado, la AfD se mostró confiada de que la elección se entienda como una señal para la política de ámbito nacional. El líder regional Björn Höcke habló de «un nuevo comienzo en la política de Turingia».
Mientras que Kemmerich ofreció cooperación entre los partidos, el SPD, los Verdes y el Partido de Izquierda rechazaron gobernar con el FDP.
Kemmerich se convirtió hoy en el segundo primer ministro del FDP en la historia de Alemania. El político liberal Reinhold Maier fue primer ministro de Baden-Wurtemberg desde 1945 a 1952, y luego de abril de 1952 a septiembre de 1953.
El FDP de Turingia acababa de entrar en el Parlamento regional en las elecciones celebradas el otoño pasado y había pasado el umbral del cinco por ciento por solo 73 votos.
La coalición rojo-rojo-verde (en alusión a los colores de los partidos La Izquierda, SPD, Los Verdes), con Bodo Ramelow como jefe del Gobierno regional, tan solo obtuvo 42 de los 90 escaños del hemiciclo.
Tanto la CDU como los propios liberales habían descartado por completo cooperar con la AfD. Juntos, los tres grupos parlamentarios tienen 48 escaños.
Por su parte, Ramelow había apuntado a un gobierno de minoría rojo-rojo-verde en Turingia bajo su liderazgo. Debido a la falta de mayoría, la AfD también había enviado a su propio candidato, Christoph Kindervater.
Después de que Ramelow no obtuviera la mayoría absoluta necesaria en las dos primeras vueltas de votación, como era de esperar, Kemmerich también presentó su candidatura, que de forma sorpresiva obtuvo el apoyo de la CDU y la AfD.