A medio camino de aceptar haber perdido a millones de seguidores, Isaías, apodado en el mundo digital El Profeta, graba vídeos para su viejo público con una cámara en la azotea de su edificio y busca la forma de seguir comunicándose con ellos ahora que Internet ha desaparecido para siempre. Al mismo tiempo ha desparecido la inmediatez y la internacionalidad de las comunicaciones. Las vías han retrocedido a la etapa anterior, periódicos, televisión, radio…pero ningún atisbo de restauración de las posibilidades de llegar a millones de espectadores a la vez desde tu hogar. Ni rastro de las viejas plataformas que copaban el mundo social. Los ciudadanos se debaten entre la confusión y la desesperanza.
“No me hace falta veros; de alguna manera, os siento acompañándome. Desde el chasquido que acabó con las redes se han perdido muchas cosas, gran parte de lo que construimos entre varias generaciones, lo mejor y peor de nosotros mismos. Desde los tiempos del IRC hasta el Instagram, del chat de Terra al Periscope, del MSN al Fotolog, del Napster a Youtube, del Instagram y Snapchat al SliderNews y luego a Jomid, cada época ha tenido su apogeo, su decadencia y su olvido. Sin embargo, ahora no nos quitamos de la cabeza todo lo que fuimos y hacemos recuento de cuántas cosas hemos dejado en el camino.” (Fragmento de la novela El Profeta)
Las estructuras de negocios y las relaciones personales han cambiado bastante pero, como en toda crisis, hay quienes la padecen y quienes la aprovechan para sacar grandes beneficios. Los grandes perjudicados son los llamados nativos digitales, personas que ya han crecido alrededor de Internet y que han construido su futuro en base a las posibilidades que este ofrece. Personas que han crecido sintiendo que su imagen pública supera los límites de su vida y se ramifica a través de la red.
A través de la aparición de un extraño personaje llamado Nada, Javier López Menacho hace una profunda reflexión acerca de los trastornos psicológicos y el vacío existencial que caracteriza a las generaciones de hoy. Desmenuza las ideas de identidad y realidad y expone las consecuencias de la socialización digital, en sus puntos luminosos y en los más oscuros, porque El Profeta no juzga la bondad o el peligro de Internet. Lo expone como una herramienta más con la que los humanos pueden ejecutar sus acciones, buenas o malas en función de la nobleza personal de cada uno.
Ahonda un poco más en los problemas de tecnodependencia actuales, en las nuevas técnicas de manipulación de masas y en la batalla por la hegemonía económica. Habla acerca de las nuevas formas de control por parte los grandes poderes y lobbies mundiales y hace una crítica a la pasividad de las sociedades actuales a la hora de luchar por sus derechos fundamentales.
La novela ha sido presentada en su ciudad natal, Jerez de la Frontera, en la ciudad de Barcelona y en tierras valencianas, acompañado por el cineasta Pruden Castilla en el Kaf Café. En los eventos se ha charlado sobre tecnología y dependencia, sobre comunicación y estrategias de control social y sobre las libertades y condenas de una herramienta como Internet, tan útil y tan peligrosa dependiendo del uso que se haga de ella.
Javier López Menacho (nacido en Jerez de la Frontera, en la actualidad reside en Barcelona). Es escritor y especialista en comunicación y marketing digital. Ha escrito el libro de crónicas Yo, precario, el libro de relatos Hijos del Sur y el manual SOS, 25 casos para superar una crisis de reputación digital. Recientemente ha publicado el ensayo La farsa de las startups. Ha colaborado en numerosos medios de comunicación, entre ellos Ctxt, La Marea, Secretolivo, Lavozdelsur.es, Qué leer, marketing4ecommerce o Revista Bytes.