(dpa) – Hay otras maneras de pasar las vacaciones de invierno en Alemania además de esquiar o visitar museos. Protegidos de la lluvia, el viento y la nieve una gran cantidad de cuevas, grutas, túneles o búnkeres invitan a descubrir el mundo subterráneo germano.
Algunas sugerencias para excursiones bajo tierra:
Sal beneficiosa en las profundidades de una montaña
En la Mina de Sal («Salzbergwerk») de Berchtesgaden, en el estado de Baviera, los visitantes pueden entrar en una montaña de sal, de unos 500 años de antigüedad, y pasar la noche en una galería de 850 metros cuadrados. Como el aire allí está enriquecido con iones de sal, se genera un ambiente climático favorable para la salud no solo en las épocas de mayores resfríos. La acústica se aprecia sobre todo durante los conciertos que se celebran en las profundidades de la mina. (www.salzbergwerk.de, www.salzheilstollen.com).
La historia de la Tierra vista de cerca
¿Un arrecife de coral en el Harz? Suena irreal. Sin embargo, la montaña Iberg en el macizo del Harz, la cordillera más alta del norte de Alemania, puede demostrar la veracidad de este fenómeno. Con la deriva continental, el antiguo arrecife proveniente de los Mares del Sur alcanzó el hemisferio norte. Los habitantes del fondo del mar petrificados en las paredes atestiguan el largo recorrido de la milenaria cueva de estalactitas. Las cascadas y las poderosas estalagmitas datan de épocas más recientes. En el Museo del Centro de Experiencias Rupestres se exponen unos 3.000 huesos hallados en una cueva de la Edad de Bronce. (www.hoehlen-erlebnis-zentrum.de)
Trabajo forzado bajo tierra
Durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la industria armamentística alemana y, por lo tanto, los trabajos forzados en los campos de concentración, fueron hechos bajo tierra. Más de 60.000 personas fueron obligadas a construir una fábrica subterránea de cohetes en los túneles del campo de concentración cerca de Nordhausen, en las montañas del Harz. Uno de cada tres prisioneros murió durante su construcción. Los visitantes podrán obtener una imagen históricamente fundada de la magnitud de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el nazismo. El recorrido por el ex campo de concentración de Mittelbau-Dora abarca los antiguos terrenos y las galerías subterráneas. (https://www.buchenwald.de/29/)
Una gruta de hadas multicolores
Brillan de color azul, verde, rojizo, amarillo o violeta: las Grutas de las Hadas de Saalfeld (Feengrotten) en Turingia, con sus 75 colores, figuran incluso en el Libro Guinness de los Récords. Las «grutas más coloridas del mundo» cambian constantemente. Las estalactitas crecen de uno a tres centímetros por año. Además del museo temático Grottoneum, el parque Grutas de las Hadas también ofrece a los visitantes la posibilidad de pernoctar. (www.feengrotten.de)
Reliquia de la Guerra Fría
Durante más de dos décadas fue uno de los secretos mejor guardados en Alemania: el búnker del Banco Federal Alemán «Deutsche Bundesbank» en Cochem, estado federado de Renania-Palatinado. Unos 15.000 millones de marcos alemanes se mantuvieron escondidos en un búnker atómico bajo tierra para el caso de una emergencia. Para almacenar los billetes, BBK II se necesitó una bóveda de 1.500 metros cuadrados. Desde 2016 se puede visitar allí el Centro de Documentación de la historia alemana. (www.bundesbank-bunker.de)
Tras las huellas de los mineros
En la localidad de Nuttlar, estado de Renania del Norte-Westfalia, los visitantes todavía pueden ver cómo se extraía la pizarra hace más de cien años. Las visitas guiadas reflejan la realidad de aquel momento y deliberadamente se evita la luz eléctrica, los caminos de grava, los escalones de cemento o las barandas de acero. Al igual que los mineros de entonces, los visitantes solo llevan una pequeña lámpara en el casco para orientarse durante la travesía en la mina, cuyo laberinto de túneles se extiende 20 kilómetros a lo largo de cinco niveles. El halo de luz hace que el fondo de paredes de pizarra, lagos subterráneos, escaleras y pasillos estrechos parezcan aún más impresionantes. (www.schieferbau-nuttlar.de)
Bóvedas con vino a orillas del Mosela
El túnel subterráneo en el centro de la localidad de Traben-Trarbach, en el estado federado de Renania-Palatinado, nos recuerda todavía hoy en día que alrededor del año 1900 la pequeña ciudad a orillas del río Mosela fue considerada el segundo mercado de vino más grande de Europa. Los visitantes pueden recorrer los túneles que alberga decenas de bodegas y hacerse una idea de la historia de la viticultura en la región y las viejas técnicas de elaboración y almacenamiento del vino. (www.unterwelt-ausflug.de, www.mosel-wein-nachts-markt.de).
Por Catharina Puppel (dpa)