No cabe duda de que la noticia de la que más se habló, más se compartió y más se dejó ver en los medios de comunicación durante este verano, con respecto al mercado de fichajes del mundo del fútbol, ha sido la fallida salida de Neymar del PSG.
Sin embargo, cuanto más pasaba el tiempo y más “informaciones” (entre comillas porque muy pocas son demostrables) se veía cada vez más utópico el traspaso del futbolista brasileño a alguno de los equipos que lo pretendían, especialmente el FC Barcelona y Real Madrid, los dos clubes que más se disputaron los servicios del ‘10’ de la canarinha.
La bomba necesaria nunca llegó a Madrid ni a Barcelona.
Para nadie es un secreto que tanto el Barça como el Madrid tenían (y aún tienen) la necesidad de dar un golpe a la mesa debido al relativamente bajo nivel futbolístico que han demostrado durante la temporada pasada y en los inicios de esta, por lo que la opción de hacerse con el futbolista proveniente del Santos era una oportunidad que no pensaban desaprovechar ninguna de las partes.
Por otro lado, está claro que Neymar no está a gusto en París, desde hace ya más de un año se conoce el descontento continuado que siente el brasileño en Francia, considerando que su, partida al PSG significó un retroceso en su carrera, pasando de ser el tercer mejor futbolista del mundo, solo por detrás de Messi y Ronaldo, a ser un jugador plagado de lesiones.
Condiciones idóneas para todos, excepto para Al-Khelaïfi.
Hasta ahora, todo marcha sobre ruedas, con la necesidad de clubes pudientes como los dos más poderosos de España, la salida de un jugador tan deseado como Neymar debería estar cantada, ¿verdad?
Pues… No.
La grandísima cantidad de dinero que desembolsó el presidente Nassir Al-Khelaïfi para adquirir a Neymar en 2017, concretamente 222 millones de euros, rompió completamente el mercado de fichajes del fútbol, aumentando exponencialmente el precio de los traspasos de los jugadores en Europa, llegando a costar un central como Harry Maguire unos 88 millones de euros al Manchester United.
Por esta impresionante alza de precios, el jeque Al-Khelaïfi no contempla dentro de sus opciones desprenderse de Neymar sin recibir una buena cantidad de dinero que haga posible el trámite, cantidad que le era muy difícil de proporcionar a ambos clubes españoles.
Por más tratos y acuerdos con jugadores utilizados para abaratar el costo de la operación, el presidente del PSG no accedió a ninguna de las ofertas del FC Barcelona, equipo que luchó por el jugador hasta el último día del mercado de fichajes.
Al existir ofertas tan tentadoras como la de Iván Rakitic, Ousmane Dembelé y 60 millones de euros a cambio del extremo brasileño, la mayoría de medios deportivos apostaban por la salida del jugador, diariamente, incluso vaticinando que la consecución de la operación ya era solo cuestión de horas.
Y ya que estamos hablando de apuestas y de fútbol, existen sitios como Sportsbet.io noticias de fútbol, que se encargaron de cubrir el caso sin hacer mucha “alharaca” al respecto, cumpliendo con la tarea de informar a sus lectores sin ahogarlos en rumores.
No, no y no.
En los últimos días del mercado, prácticamente, cada 4 o 5 horas se publicaba en algún medio una nueva oferta por el jugador, proveniente del Barça o del Madrid, siendo todas estas rechazadas por la entidad parisina según los medios.
De esta forma, las esperanzas de Neymar y los clubes involucrados se fueron diluyendo, a pesar de lo rota que está la relación del brasileño con su afición, quienes lo han increpado dentro del estadio, forzando a que el equipo retirara de sus tiendas la indumentaria con el dorsal 10 del polémico futbolista.
Colorín, colorado el culebrón se ha acabado.
Por más esfuerzos de los clubes, el entorno del jugador y de la prensa deportiva para intentar inflar e impulsar la salida de Neymar del PSG, el futbolista se terminó quedando en París por las exigencias económicas del presidente del club, quien además de retener al 10, logró hacerse con los servicios de Keylor Navas y Mauro Icardi en el último día de fichajes, jugada maestra.
Más allá del desenlace de la historia, también hay que poner en contexto la labor de la prensa como gremio en el caso Neymar, ya que se “filtraban” tantas informaciones diariamente que era totalmente imposible que siquiera alguna fuera real, fomentando a la desinformación en los lectores.
Que el “Caso Neymar” sirva tanto a medios, lectores y clubes para no sobredimensionar hechos y operaciones que, ya de por sí, están bastante sobredimensionadas desde su partida del Barcelona hace dos años, para que de esta forma prevalezca el respeto a la información verídica, a los jugadores como gremio y a los amantes del fútbol.