Llega el verano y nuestras ganas de vacaciones vienen acompañadas de un deseo constante por refrescarnos en playas, ríos y piscinas. Los más afortunados podrán decidir dónde pasar los días más calurosos, pero los que posean un poco de espacio en un patio, jardín o terreno pueden optar por construirse su propio rincón acuático, pues poco importan los metros que se tengan, ahora es posible tener una piscina, aunque el espacio disponible sea pequeño.
Gracias a las piscinas desmontables de madera, muchas de las familias que pensaban que su hogar no tenía las dimensiones apropiadas para poder disfrutar de una piscina, descubrirán, felices, que sí está a su alcance un verano mucho más refrescante y divertido. Y es que, con las piscinas desmontables de madera, además, todas aquellas que por su situación de terreno rústico no se les permite hacer obra, como las que necesita una piscina tradicional, ahora sí podrán tenerlas. Las piscinas desmontables no necesitan permisos ni nada parecido para poder ser instaladas en cualquier espacio particular.
Características y principales ventajas de las piscinas de madera desmontables
En el momento de elegir si queremos una piscina de obra o, en cambio, una piscina desmontable de madera, debemos conocer sus principales diferencias para acertar y no arrepentirnos, y es que, al contrario de lo que pueda parecer en un principio, son varias las ventajas de una sobre la otra a favor siempre de las desmontables.
En primer lugar, hay que hacer especial hincapié en el material con el que están construidas estas piscinas, la madera y su revestimiento exterior es bastante más resistente y duradero que el tradicional PVC. La madera presenta, además, características que sobresalen sobre la obra o el plástico notablemente, como es su flexibilidad o su capacidad de adaptación, y por supuesto, su enorme belleza y presencia estética.
Para resistir los elevados niveles de humedad se utilizan las maderas más nobles de árboles como el pino o el roble, pues son muy resistentes. A su fuerte carácter se le añade además un tratamiento que evita la humedad y sus problemas derivados, de esta forma no se pudre ni aparecen hongos ni insectos. Con estos tratamientos se asegura una estructura completamente fiable durante al menos 10 años.
En cuanto a su aspecto estético, podemos elegir entre diferentes diseños, rectangulares, cuadradas o redondas, algo que nos servirá para algo más que la belleza y originalidad que nos pueda ofrecer una vez instalada, ya que también posibilita la colocación en lugares específicos de nuestro terreno, consiguiendo una especial adaptabilidad que puede resultar muy beneficiosa para aquellos que disponen de pocos metros disponibles o para los que la distribución de sus espacios representa algún tipo de problema. En cuanto a sus acabados, este tipo de piscina permite un alto grado de personalización, pudiendo presentar un aspecto más rústico, moderno, elegante o clásico, dependiendo de los gustos personales de cada cual.
Por supuesto, un dato fundamental que nos ayudará a decidir definitivamente qué tipo de piscina queremos es su precio, que, como cabe suponer, en el caso de las piscinas de madera desmontables es considerablemente menor que el de las de obra. Dependiendo de valores como el tamaño, el diseño, la calidad y equipamiento, podemos encontrar piscinas desde los 1.000 euros hasta los 5.000, aunque si entras en la tienda online Outletpiscinas, mediante el enlace referenciado anteriormente, encontraremos verdaderas gangas a 800 euros y otras de auténtico lujo por apenas 3.000.
Como última y gran ventaja debemos señalar que, como su propio nombre indica, son desmontables, es decir, que si durante el resto del año no nos son útiles y queremos aprovechar el espacio que ocupa, podremos guardarlas en un reducido espacio, conservándolas perfectamente hasta el verano siguiente. Aunque si se desea, tienen la opción de dejarla fija en el suelo, siendo útil todo el año, pues la madera tratada asegura que no se estropeará.
Tener una piscina de estas características, de madera con bonitos acabados, representará un plus de belleza para el jardín, un elemento decorativo que quizás nos impida el querer desmontarla, como suele ocurrir en la mayoría de los casos.
Mantenimiento de una piscina de madera desmontable
Estaremos en un error si creemos que necesita más cuidados o atenciones que una piscina de otro tipo. Estas también necesitan depuradoras, filtros, productos químicos, como el cloro, antifuculantes o antialgas, para que estén siempre en unas condiciones de uso óptimas.
Por el contrario, representan un considerable ahorro sobre las fijas, ya que en los periodos desde que se desmontan y se guardan hasta que se recuperan, no tienen ningún coste de mantenimiento.
Según los acabados de la madera, es posible que, con el tiempo, necesite un repaso para seguir protegiéndola de la humedad, algo que es económico y rápido, pues se trata de un repaso que se da, como hemos comentado, cada 10 años.