La obra evoca un entramado de fuerzas invisibles que ordenan el universo, un cosmos al que solo podrá accederse trascendiendo el reino de la mente.
A diferencia de su poemario anterior, Filiación (Premio Flor de Jara de Poesía 2016) donde la creación de atmósferas y la musicalidad eran más esenciales, en este la poeta se ve inmersa en una vorágine hiperanalítica que, paradójicamente, pretende renunciar a comprender intelectualmente lo que la rodea y buscar así la liberación del sufrimiento psicológico, de las resistencias a las situaciones cotidianas y, en definitiva, de la infelicidad.
Toda la obra de Yárnoz es una enorme Apología de Sócrates, donde de manera reiterada se recuerda que solo desde el no saber la realidad podrá comenzar a ser verdaderamente comprendida. La futilidad de la intelectualización de la realidad está presente a lo largo de toda su obra.
En palabras del crítico literario Francisco Martínez Bouzas, “los textos versales de Eva Yárnoz no transitan por territorios lingüísticos sencillos (…) Es una poeta que amalgama ideas penetrantes e intensas con un trabajo esmerilado en cuanto a la forma; y nos hace revivir en cierta medida la categoría de la edad de los poetas, consagrada por Alain Badiou”.
Uno de sus poemas más significativos:
COPULAR
tú sabes que la luz limpia hiende los versículos sucios de sangre, de bilis que hierve. de hambre. tú sabes que no sabemos estar con el olor que hiede. sino que sabemos escalar las obras inacabadas con los reptiles.
estamos en el proceso de construir las ciudades que se derrumben.
estamos construyendo para que todo se desmorone.
estamos con los ojos en la disolución de los gérmenes que polucionan.
con los gérmenes disolutos de los nombres
que vierten y conmueven a los seres indisolubles.
la lama no es vertical, sino que se extiende. construir hacia delante es cercar el territorio que no se recorre.
yo diría algo entre las nubes que resuene. diría «hábitos», «copular», «corrientes». diría con los dedos «alcanzo lo que hierve y toco levemente lo que es leve».
quiero ver el orden que cerca las formas que se disuelven. quiero convertir en el ojo la disolución sin término. quiero hervir con las partículas tiernas que bailan. quiero hendir con mi mano disoluta la partícula ilusionada. quiero abrir los senderos de la pierna o el brazo que se aferra. quiero recorrer vertebral la cuesta empinada que te encumbra.
quiero verter mis líquidos sobre tu espalda húmeda del liquen y de las hierbas. quiero convertir la hierba en la sangre de las venas, y convertir las venas en la letra de un alquimista. convertir sin formas lo informe en la vida Una que no se manifiesta.
El libro será presentado en Madrid el próximo lunes, 17 de junio a las 19:00, en el Café Comercial de Madrid, situado en Glorieta de Bilbao, 7. El evento será presentado por el poeta Víktor Gómez. Actuarán los músicos María Valdivieso (al cante) y Alfredo Lagos (a la guitarra).