(dpa) – Un salto espectacular con la bicicleta de montaña desde la perspectiva del ciclista o una ola perfecta desde la del surfista: con un smartphone o una cámara convencional esas escenas no se pueden filmar. En esos casos son necesarias las cámaras de acción o action cams. Son pequeñas, robustas, resistentes al agua y ofrecen innumerables maneras de sujeción.
«El deporte es el ámbito clásico en el que se usan», dice Joachim Sauer, editor de la revista «Videoaktiv». Las cámaras de acción son útiles sobre todo allí donde es más inhóspito, el espacio es limitado y nadie tiene una mano libre para filmar.
Para las caminatas normales en vacaciones no son necesarias las cámaras de acción. Esto se debe a que sólo cuentan con una única distancia focal y filman en un ángulo muy abierto. Eso significa que no hay zoom y que parte de la imagen queda distorsionada. Justamente cuando se quiere filmar a personas, eso puede molestar. «En esos casos es mejor una clásica camcorder. Generalmente tiene zoom, visor y pantalla», señala Sauer.
Pero también en las action cams es estándar la pantalla. Ésta muestra información relevante sobre el estado y posibilita controlar la imagen. La función más importante de estas cámaras es, sin duda, un buen estabilizador de imagen. Sin él, la mayoría de las filmaciones deportivas serían prácticamente inservibles, porque estarían movidas. Además, una buena cámara de acción debe encenderse rápidamente y tener una batería potente.
A pesar de que los nuevos modelos graban ya casi todos en resolución 4K, es importante el bitrate (la tasa de promedio de bits) con los que graba: «Para una calidad alta, son necesarios al menos 100 Mbit por segundo (MBit/s). Ya con 50 Mbit/s el material se ve algo borroso», explica Kamal Vaid del portal «TechStage».
Otras funciones útiles son controladores de voz y una función de slow motion. Ya muchos de los fabricantes ofrecen una app para iniciar la cámara y revisar las imágenes, además de bluetooth y WLAN. También puede ser práctica una herramienta llamada linear mode: En ese modo, la cámara evita que las imágenes se distorsionen, aunque a cambio de una sección de imagen más pequeña. En caso de duda es mejor acercarse a lo que se quiera filmar.
Importante: «En la oscuridad la estabilización de la imagen no funciona e incluso la rompe. En esas situaciones, es mejor desactivar el estabilizador», recomienda Vaid.
Otro problema puede aparecer cuando la cámara se monta a contraluz. «Muchas veces el primer plano queda oscuro», advierte Joachim Sauer. Más allá de eso, habría que grabar desde diversas perspectivas, es decir, sujetar la cámara a diferentes lugares y también filmar cámara en mano de vez en cuando. «Siempre el mismo ángulo aburre rápido», dice Sauer.
También puede ser un problema grabar demasiado. Y es que revisar luego todo el material crudo y buscar las mejores escenas para editar lleva mucho tiempo. «Una hora de video requiere aproximadamente 60 horas de postproducción», comenta la especialista Sandra Schwarz.
Una buena cámara de acción se consigue por precios que van de los 170 dólares (150 euros) a los 280 dólares (250 euros). Los modelos más caros y mejores valen unos 450 dólares (unos 400 euros). También hay modelos para principiantes a partir de 90 dólares (unos 80 euros).
Pero hay más gastos que calcular. Además de la cámara, «básicamente siempre se necesita una carcasa protectora, un soporte y un programa de edición», dice Sauer.
Por Julian Hilgers (dpa)