RUSELAS, 6 Mar. 2019 (Europa Press) – Los retrasos y cancelaciones de vuelos por los problemas derivados del control del tráfico aéreo en Europa supusieron en 2018 un coste de 17.600 millones de euros a la economía de la Unión Europea (UE), un 28% más que un año antes, y unos 334 millones de pasajeros se vieron afectados por ello, según el ‘lobby’ aéreo A4E, que se basa en sus cálculos en los últimos datos publicados por Eurocontrol.
La industria aérea señala que 2018 fue uno de los peores años en cuanto a los retrasos de la última década, de los cuales el 75% es atribuido por las aerolíneas que operan en Europa a la «capacidad limitada» del Control de Tránsito Aéreo (ATC) y al «déficit de personal».
De esta forma, el coste derivado de las anulaciones de vuelos ascendió a 3.400 millones de euros (+38%), mientras que el atribuido a los retrasos derivados sumó 14.200 millones de euros (+24%) en 2018.
El ‘lobby’ aéreo europeo A4E (Airlines for Europe) creado hace tres años y del que forman parte las cinco grandes compañías europeas –Lufthansa, Ryanair, IAG, Air France-KLM y la británica easyJet– reconoce que aunque el tránsito aéreo europeo haya aumentado un 3,8% entre 2017 y 2018, los retrasos se han disparado un 105% por la combinación de varios factores.
Tras batir el récord de retrasos el verano pasado, los líderes de las compañías que conforman la A4E, junto con representantes de la Organización Civil de Proveedores de Servicios de Navegación Aérea (CANSO), de la European Business Aviation Association (EBBA) y Eurocontrol han establecido la declaración relativa a la eficiencia del espacio aéreo, acordando una serie de principios y medidas para mejorar la situación «lo más rápidamente posible».
Varias de las medidas acordadas en la declaración de noviembre, que ya se han aprobado, se aplicarán al comenzar el horario de verano de 2019.
Para lograr este objetivo, la industria aérea propone a los responsables políticos de la UE que se acometan medidas para reducir el impacto de las perturbaciones locales, acortar los plazos de entrega (2-3 años) a los controladores aéreos con un despliegue «más rápido y flexible».
Asimismo, plantean centralizar la gestión de la red europea de tránsito aéreo, aplicar el espacio aéreo transfronterizo al próximo mandato de la Comisión, promover un ambiente competitivo en el aprovisionamiento de servicios ATC, exigir sistemas interoperables, una regulación económica independiente por proveedores de servicios de Navegación Aérea y hacer los proveedores de servicios de navegación aérea (ANSP) responsables de los 261 costes que resultan de las alteraciones con origen en ATC.
SITUAR A LA AVIACIÓN EN LA AGENDA POLÍTICA.
«Como se ha visto durante los últimos meses, para que se produzca un progreso real, es fundamental que los responsables operativos y políticos unan esfuerzos. Seguimos pidiendo a los gobiernos nacionales y a la UE que consideren la reforma del sistema europeo de gestión del tránsito aéreo como una prioridad política», ha afirmado el director general de A4E, Thomas Reynaert.
Durante la celebración de su tercera cumbre anual, la A4E instó a la UE a que tome medidas decisivas sobre varias cuestiones que considera «cruciales» de la política de aviación que siguen teniendo «efectos negativos para las compañías aéreas europeas y sus pasajeros».
Entre ellas consideran necesario aborda el «ineficaz sistema europeo de gestión del tráfico aéreo, la legislación anticuada relativa a los derechos de los pasajeros y la reforma de las directivas europeas relativas a las tasas aeroportuarias».
«En una época en que algunas personas dudan de las ventajas de la integración europea –con el ‘Brexit’ de fondo–, la A4E insta urgentemente a los futuros responsables de la toma de decisiones en Bruselas y en las capitales europeas a que consideren la política de aviación como una gran prioridad durante los próximos cinco años», ha afirmado Reynaert.
Al respecto, el primer ejecutivo de Ryanair y presidente de la A4E, Michael O’Leary, ha subrayado que el mercado único de la aviación es «uno de los principales éxitos de la UE, pero ha apuntado que los avances en este sector se han «estancado». «En vez de perder el tiempo debatiendo, la UE debe asumir sus responsabilidades y aportar soluciones a estos problemas tan importantes, ha concluido.