La cama de ciprés es el título con el que se presenta la primera novela de Vicente Blay Casino. El autor castellonense entra así a formar parte de una corriente literaria que no deja de ganar seguidores y le ofrece su marca personal a través de una narrativa excepcional.
El libro cuenta la vida de Claudio Torres, un reconocido escritor de novela negra que se encuentra embarcado en su próximo proyecto editorial. Pero una noche, el todavía inacabado manuscrito es robado de su propia casa por un extraño desconocido. Eso será el comienzo de una vorágine de acontecimientos criminalesque Claudio pronto reconocerá: todo sucede de igual manera en su novela.
Convirtiéndose así en el principal colaborador de la policía, la historia de Claudio se desarrollará a la par que la investigación para atrapar al «destripador fantasma». Pero al mismo tiempo también tendrá que hacer frente a su inestable situación personal: el abismo que le separa de su mujer María desde hace tiempo, consecuencia de una terrible tragedia.
Blay consigue así dibujar una historia que no es sino la intersección que resulta de unir las claves de un género ganador y la realidad mundana de cada persona. Es decir, arma una historia creíble arrojando la naturalidad de la existencia a sus páginas y muestra un brillante abanico de posibilidades para el lector. “El género policíaco es mucho más que tan solo asesinatos por resolver e investigaciones policiales. Es un género que se consume mucho porque en él el lector se encuentra con la muerte, pero también con la vida”, dice a este respecto.
Por otro lado, a la construcción psicológica de los personajes no le falta detalle, algo esencial en este tipo de literatura. No en vano ha recurrido también al estudio de distintos manuales policiales e informes criminalísticos para crear la mente del despiadado asesino, que podría definirse como el paradigma de los más temibles criminales hollywoodienses. La esencia de ese persistente terror empapa cada capítulo y es, sin duda, uno de los puntos fuertes de La cama de ciprés.
Así ha sido también a la hora de darle vida a sus protagonistas, Claudio Torres y María. Su dimensión humana consigue ir mucho más allá del papel, y el lector puede reconocer también en ellos esa parte de su vida que se desarrolla al margen del mundo físico: su interior y su evolución como personajes a lo largo del libro dejan entrever la capacidad de Blay Casino para analizar la naturaleza humana y las relaciones personales. El dolor, así como la necesidad de resarcimiento y el valor para afrontar el cambio se convierten en chispas esenciales para el desarrollo de la historia, que siempre consigue ir a la par con la incertidumbre que rodea al caso.
Vicente Blay Casino, con una prosa ágil y un léxico claro y contundente, ofrece así en La cama de ciprés una historia inolvidable impregnada de enigmas y sumida en una brillante adaptación de la realidad más cercana.