La sexualidad y el disfrute erótico han experimentado en los últimos años un avance inimaginable hace décadas. La liberación del pensamiento, la pérdida de prejuicios con respecto al sexo y la asunción por parte de las personas de que el sexo es para disfrutar han ayudado a considerar las relaciones sexuales como algo más que un medio para reproducirse. El sexo es disfrute, gozo y una ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas.
Gracias a esta tendencia, la industria del sexo y el erotismo se han desarrollado de una forma casi imparable en la última década. Juegos y juguetes eróticos, relaciones y contactos online, como los que se pueden hacer en Ubisex, o lencería para hacer realidad las fantasías sexuales de una persona son algunos de los segmentos que más han crecido en los últimos. ¿Puede ir a más la revolución sexual?
Según un informe sobre el futuro del sexo elaborado por el físico, matemático y futurólogo Ian Pearson para una marca de tiendas eróticas online, el futuro del sexo cambiará en los próximos años hasta unos límites nunca pensados gracias a la tecnología, ya que ésta ayudará a incorporar en nuestra día a día nuevas opciones de prácticas sexuales.
Entre los datos más llamativos del informe elaborado por este experto en matemáticas y tecnologías destaca el párrafo en el que se afirma que en el año 2050 habrá más sexo entre personas y robots que entre humanos. La presencia de robots sexuales, la interactuación con la realidad virtual para tener sexo serán otros de los aspectos en los que la tecnología influirá en las futuras prácticas sexuales.
Este impacto de la tecnología en el sexo es lo que se ha denominado Sextech y va más allá de los juguetes eróticos más habituales que conocemos hoy como vibradores, consoladores o anillos vibradores. El Sextech, que hace referencia a la alta tecnología aplicada al sexo, promete traer a nuestras vidas nuevas formas de disfrute erótico en las que el cuerpo humano ya no será un requisito imprescindible y, por tanto, un límite para la práctica sexual.
Así, por ejemplo y según se apunta en el citado informe, el paso de los años y la implantación tecnología permitirá a una persona tener un robot o un replicante, igual que él mismo, y tener sexo consigo mismo. Al igual que sucede en uno de los episodios de la popular serie Black Mirror en el que una mujer encarga un robot réplica de su marido fallecido, la tecnología del sexo lo podrá hacer con fin erótico y sexual.
A ello habrá que añadir el impacto que tendrá la realidad virtual en la práctica del sexo. La realidad virtual, que ya ha sido incorporada a la industria del sexo para la visualización de vídeos, irá un paso más, ya que según las previsiones apuntadas en el informe facilitará las relaciones a distancia con el valor añadido de que la llegada de sensores permitirá a los participantes sentir besos, caricias y contactos.
Estimulación electrónica
Con esta finalidad, los expertos en tecnología y de la industria del sexo ya se han aliado y están trabajando con el objetivo de lograr que las personas puedan tener orgasmos a través de la estimulación electrónica. Los investigadores buscan conseguir que los dispositivos creados activen las áreas del cerebro que se alteran durante la práctica del sexo. ¿Serán necesarios implantes de estos sensores en el cuerpo humano? El futuro lo dirá.
Lo que está claro es que el modo en el que las personas entienden el sexo cambiará durante los próximos años, haciendo incluso innecesario el contacto físico con otras personas. Al respecto, incluso, algunas personas creen que la tecnología permitirá que cualquier persona pueda conseguir un orgasmo de más de 17 segundos con un dispositivo electrónico sin necesidad de tener a otra persona.
¿Esta nueva tecnología mejorará o empeorará el sexo y las relaciones humanas? La respuesta a esta pregunta es otro de los retos a los que se enfrenta el Sextech. Sus defensores y desarrolladores defienden que esta tecnología tan sólo quiere mejorar la sexualidad de las personas. Sin embargo, el hecho de que no haga falta tener a otra persona al lado puede producir el efecto contrario.
Son muchos los retos a los que enfrenta la experiencia sexual influidos por el impacto de la tecnología. Saber si esta tecnología mejorará o empeorará el sexo tan sólo lo dirá el tiempo. Hasta que lleguen todos estos avances que nos prometen los expertos, lo mejor es disfrutar del sexo entre personas y gozar del contacto humano.